donostia - El año 2018 será recordado por el comportamiento bajista de las bolsas mundiales. El responsable en Donostia de la firma de asesoramiento financiero Orienta Capital, Jokin Ubillos, analiza sus consecuencias y esboza unas líneas para el presente 2019.

Las bolsas europeas han vivido momentos convulsos en 2018, con constantes pérdidas.

-Hemos vivido uno de los ejercicios de la última década más complicados, en los que no ha habido activo que haya evitado pérdidas salvo el dólar y la renta fija norteamericana. Destacaría que la renta fija también se ha depreciado, cuando históricamente un año malo de mercados bursátiles se solía compensar con uno bueno de renta fija. La renta variable es uno de los activos que ofrece mayor liquidez, y eso conlleva en una economía globalizada que se vea influida por todas las noticias geopolíticas, macroeconómicas y microeconómicas que llevan al inversor a invertir o desinvertir.

¿Cómo ha empezado 2019?

-El comienzo ha sido fantástico para los mercados financieros porque se han corregido los excesos del último trimestre del año pasado, cuando todo se interpretó con un sesgo pesimista. Los focos de incertidumbre que generan acontecimientos como la guerra comercial entre China y EEUU, la salida del Reino Unido de Europa o el nuevo gobierno de Italia no han desaparecido, pero ahora el inversor considera que la situación no es tan mala.

¿Ha influido algún otro acontecimiento?

-Un aspecto importante es que en enero el presidente de la Reserva Federal dijo que sería flexible en la política monetaria de este año. En diciembre de 2018 el mercado llevaba tres subidas de tipos de interés en EEUU, lo que frena la economía internacional, sobre todo en el caso de los emergentes. Este año parece que no va a haber subidas de tipos ni en EEUU ni en Europa, y eso para la economía es bueno porque si no suben los tipos de interés de los préstamos, habrá un beneficio mayor para las empresas.

Se habla de un debilitamiento de la economía.

-No vamos a vivir este año una recesión a nivel mundial. No hay grandes cambios, por lo que no tiene ningún sentido la caída de un 15% de las bolsas el año pasado, ni tampoco una subida del 8% de la bolsa americana en el mes de enero y el inicio de febrero. Creo que ahora estamos corrigiendo el exceso de negativismo del año pasado.

No obstante, el inversor perdió dinero el año pasado.

-Para ningún inversor es agradable ver que la cartera financiera se ha depreciado, pero la mayoría asume que si quiere obtener una rentabilidad a medio o largo plazo superior a la rentabilidad del activo sin riesgo (me gustaría recordar que el Euribor lo tenemos en el -0,11%), hay que pasar por años de rentabilidades negativas como 2018. El inversor bursátil emocionalmente estable obtiene más rentabilidad a largo plazo que aquel que trata de adivinar el momento del mercado y está continuamente entrando y saliendo.

Uno de sus elementos diferenciadores es recomendar las inversiones en economía real. ¿Cuál es la razón?

-Es importante para un inversor incorporar como parte de su patrimonio inversiones en economía real, en activos reales que no cotizan en mercados, que no tiene la liquidez diaria de la Bolsa ni de la renta fija, pero que tienen objetivos de rentabilidad de doble dígito. Son activos inmobiliarios con una relación empresarial, como por ejemplo los proyectos de residencias de estudiantes que impulsamos en Madrid, Sevilla y Málaga, o una inversión inmobiliaria en Holanda ante su escasez de vivienda, o la creación de hostels. Analizamos los proyectos de inversión que nos llegan y, si vemos que cumplen con todas las garantías, los ofrecemos.

¿Qué ventajas obtienen?

-La previsión de 2018 era un crecimiento de la Bolsa del 8% y acabamos con una caída del 15%. La importancia de incorporar entre un 20% y un 30% del patrimonio en este tipo de ideas es que dan rentabilidad independientemente de lo que ocurra en China y en EEUU. Nos esforzamos en hacer estimaciones macroeconómicas en base a los beneficios empresariales, que es lo que en teoría debería influir en las valoraciones de las compañías, y de repente surge el riesgo geopolítico como el brexit y ningún estudio vale para nada. Tras cuatro años de experiencia, se ha demostrado que merece la pena asumir la iliquidez de esos proyectos inmobiliarios y empresariales para aspirar a rentabilidades de doble dígito sin la volatilidad de la Bolsa.

¿Cuál es su recomendación de cara al presente ejercicio?

-Aconsejamos que el mayor peso posible de los ahorros se encuentre en activos reales, tratar de tener lo menos posible en depósitos bancarios y en renta fija. Ahora, hay que medir el grado de aversión al riesgo de cada uno de los clientes y valorar si se van a poner nervioso ante un año malo de Bolsa. Lo importante en los mercados bursátiles es no dar volantazos y mantenerse, porque por ejemplo ahora, en un mes hemos recuperado prácticamente todo lo perdido en el último trimestre del pasado año.