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Los nuevos jubilados vascos perderán 430 euros al mes por las reformas de Rajoy

El deterioro de las pensiones frenará el consumo y la recuperación económica

Los nuevos jubilados vascos perderán 430 euros al mes por las reformas de Rajoyn.g.

donostia - La consultoría económica Afi (Analistas Financieros Internacionales) ha calculado el impacto que tendrán las últimas reformas de pensiones en la jubilación media de Euskadi. Una persona que se jubile hoy perderá, teniendo en cuenta el aumento de los precios, 430 euros al mes el resto de su vida. La cifra es la media del periodo 2017-2035, de forma que el deterioro de la pensión es menor en estos primeros años y crece exponencialmente con el paso del tiempo. El recorte se trasladará al consumo y frenará el progreso de la economía con una pérdida de empleo de hasta el 2%, unos 18.000 puestos de trabajo menos partiendo del nivel actual de ocupación.

Iratxe Galdeano, socia de Afi y coautora del estudio, presentó ayer en la sede de Laboral Kutxa las conclusiones del informe encargado por la patronal de aseguradoras Unespa, que defiende las rentas vitalicias como fórmula adecuada para hacer frente a la pérdida de poder adquisitivo en la jubilación. Afi y Unespa remarcan que no pretenden sustituir mediante el ahorro privado el sistema público de pensiones, pero advierten de que el aumento de la esperanza de vida y el estrecho margen de maniobra de la Seguridad Social obligan a “planificar financieramente la jubilación”.

¿Cuánto se necesita? Según Afi quien se jubila ahora en España perderá 350 euros al mes de media, un total de 63.000 euros -el cálculo está hecho hasta 2035 tomando como base la esperanza media de vida-. En el caso de Euskadi, dado que tanto las prestaciones como los precios son mayores, el impacto de las reformas de 2011 y 2013 asciende a 427 euros al mes, un total de 78.000 en toda la etapa de pensionista.

Es una cantidad importante pero accesible, según el estudio, para muchas familias vascas. De media, las familias españolas tienen acumulado un patrimonio de 250.000 euros, en muchos casos repartido en una segunda vivienda, y algo más en el caso de la CAV. El informe sostiene que 190.000 hogares vascos tienen como cabeza de familia a una persona de más de 65 años con activos inmobiliarios más allá de su vivienda habitual.

La propuesta del sector asegurador pasa por convertir parte de ese patrimonio en una renta vitalicia que complemente la pensión pública. La gestación de este tipo de planes privados cuenta además con importantes ventajas fiscales tanto en el Estado español como en los territorios forales vascos.

El gran problema, como reconocieron los responsables de Unespa, es que los bajos salarios hacen que ahorrar sea misión casi imposible. Si los jóvenes ya tienen serias dificultades para acceder a una vivienda propia, una segunda residencia es una quimera. La propia patronal de las aseguradoras explica que la fórmula de las rentas vitalicias está enfocada a trabajadores con cierto recorrido y, en especial, a los que están muy próximos a la jubilación o ya retirados.

La propuesta de Unespa y Afi coincide en el tiempo además con la explosión social que han protagonizado los pensionistas contra los recortes a las prestaciones públicas del Gobierno de Rajoy. Las movilizaciones tienen un eco especial en la CAV a pesar de que las retribuciones son más altas y del peso que ha alcanzado el ahorro privado a través de las EPSV. Aunque la reducción de las pensiones es una realidad, la alarma que genera la insuficiencia del sistema resulta muy positiva para el negocio de entidades financieras y aseguradoras.

Partidos y agentes sociales discuten estos meses en el seno del Pacto de Toledo el futuro del sistema público de pensiones, aunque parece evidente que solo hay dos soluciones: o incrementar la vía de ingresos de la Seguridad Social o reducir las cargas en línea con las últimas reformas de los gobiernos de PSOE y PP.

menos empleo El deterioro de las pensiones públicas acarreará consecuencias negativas también a nivel macro. El frenazo económico a consecuencia del menor ritmo de consumo será del 1,5% en el PIB español, lo que supondrá que se dejarán de generar 330.000 puestos de trabajo hasta 2035.

Para la economía vasca el golpe será mayor, de cerca del 2% tanto en términos de PIB como de ocupación. Eso no implica que el número de trabajadores vaya a retroceder, puesto que todas las previsiones apuntan en sentido contrario, sino que el crecimiento será menor del esperado. Así, el menor nivel de consumo hará que se creen alrededor de 18.000 puestos menos de los estimados en caso de mantenerse el poder de compra de las pensiones.