donostia - La recuperación económica que vive Gipuzkoa no está exenta de sobresaltos como los surgidos en los últimos meses, con la presentación de la solicitud de liquidación de Alfa Precision Casting de Eibar o la entrada en concurso de acreedores de Fagor CNA Group. Evitar este tipo de fracasos empresariales a través de una labor de prevención, colaboración y búsqueda de alternativas es el objetivo que persigue el nuevo protocolo implantado por la Diputación Foral de Gipuzkoa centrado en el tejido productivo del territorio.

El departamento foral de Promoción Económica ha diseñado esta herramienta que comprende una primera fase de detección, una segunda de intermediación y una tercera de reindustrialización, tal y como explica su titular, Ainhoa Aizpuru quien valora esta iniciativa por cuanto representa de instrumento alineado con la estrategia foral de impulsar el desarrollo económico de Gipuzkoa.

“Hablamos de recuperación económica, pero siempre vamos a tener sustos y alarmas”, advierte la diputada de Promoción Económica, ante lo que el equipo ejecutivo foral vio “la necesidad de diseñar una herramienta propia sobre todo de prevención” que ofrezca una visión real de la situación del tejido empresarial en cada momento y detecte con suficiente anterioridad las dificultades que pueden llevar a un negocio a plantear su cierre si no se corrigen a tiempo.

Hasta ahora, la vía de obtención de información eran los continuos contactos con sindicatos, comités de empresa, propietarios y organismos como la Cámara de Gipuzkoa o Adegi. El principal inconveniente que presenta este modelo es que, en muchos casos, cuando llegan las voces de alarma la situación ya es extremadamente complicada y la respuesta difícil.

Sin abandonar esta fuente de información, la Diputación de Gipuzkoa ha optado por adoptar “una actitud proactiva” que tiene como una de sus figuras novedosas el Observatorio de Empresas, cuya actividad se inició de manera oficial en septiembre de este año. Ainhoa Aizpuru explica que esta idea se concreta en un equipo de dos personas que utilizan la información recogida en diferentes bases de datos para cruzarla y completarla con las consideraciones que les hacen llegar los distintos agentes de la economía guipuzcoana.

De esta manera, se obtiene una radiografía fiel de la realidad de la empresa guipuzcoana. La diputada de Promoción Económica indica gráficamente que problemas como “pérdidas acumuladas en los últimos años, fondos de maniobra, una falta de inversiones o la reducción de puestos de trabajo” son luces rojas que se encienden en un hipotético mapa geográfico de Gipuzkoa, y de esta manera se puede tener una visión global de la evolución económica del territorio.

Una vez finalizada la fase de detección, se activa la de intermediación. “Tenemos una lista de empresas que vamos a vigilar y a reunirnos con ellas” para solucionar a tiempo sus problemas, afirma Ainhoa Aizpuru, quien asegura que “muchas veces, una llamada nuestra para una financiación o un contacto con uno de sus clientes para aplazar un pago” puede ser suficiente para que ese negocio supere el mal momento.

plan de viabilidad En otros casos, la actuación de la entidad foral puede requerir más recursos. La diputada de Promoción Económica incide en la disposición del departamento a elaborar un plan de viabilidad para la empresa, un servicio que considera indispensable para reconducir una situación anómala a pesar de que “deben asumir que habrán cosas que se habían hecho de una manera hasta entonces y eso hay que cambiar”.

Ainhoa Aizpuru asegura que los propietarios de negocios en dificultades que “bajan a tierra, reconocen que existe un problema y aceptan el plan de viabilidad para intentar reflotar la compañía acaban convirtiéndose en casos de éxito”.

La titular del departamento foral de Promoción Económica señala que, en los cinco meses que lleva en funcionamiento, el protocolo de actuación se ha activado en seis casos de firmas con situaciones complicadas y todas, excepto Unipapel, han encontrado una solución de continuidad como en el caso de Ingemar.

En esta fase de intermediación, además de la figura principal que es el plan de viabilidad, la Diputación de Gipuzkoa ejerce como coordinador de los diversos programas impulsados por las instituciones para que la empresa se pueda acoger a ellos y, “aunque no es nuestra labor”, lo completa con la búsqueda de inversores a través de sus redes propias.

Por último, llega la fase de reindustrialización que Aizpuru considera “la más importante porque en ella implementamos las decisiones que se han tomado en la fase de intermediación”, como podrían ser la diversificación del producto o el plan de financiación, entre otras cuestiones.

A nivel general, Ainhoa Aizpuru afirma que “no hay muchos semáforos en rojo, no es una situación alarmante”. Sin embargo, es inevitable que se registren fracasos empresariales, ante lo que la diputada de Promoción Económica incide en la importancia de “concienciar al trabajador de que, si su empresa se cierra, tiene una oportunidad para reciclarse y adquirir nuevas capacidades”.

Según asegura Aizpuru, una adecuada formación garantiza en buena medida encontrar otro puesto de trabajo en un plazo corto e incluso en empresas del entorno. “Que se cierren empresas va a ser muy habitual y que se abran otras muchas también”, concluye.

Detección. El objetivo de esta fase es identificar aquellas empresas que puedan estar atravesando dificultades para evitar que el problema adquiera mayores dimensiones. Hasta ahora las vías de información partían de las comunicaciones que realizaban los comités de empresa o la misma propiedad. Con la creación del Observatorio de Empresas en Dificultades, la entidad foral adopta una posición proactiva al analizar los datos de sus propias bases y cruzarlos para detectar situaciones difíciles.

Intermediación. El departamento foral de Promoción Económica ofrece sus recursos para elaborar un plan de viabilidad para la compañía además de acompañarle en su aplicación con acciones como búsqueda de inversores o de financiación, entre otras medidas.

Reindustrialización. El trabajador adquiere un especial protagonismo en esta fase, donde se contempla una serie de programas que persiguen capacitarlo y reciclarlo para que pueda encontrar un nuevo empleo en el menor tiempo posible.