La actividad vuelve a Ramón Vizcaíno seis años después de la mano de Biek Kapa
La nueva acerera guipuzcoana invertirá cinco millones en su adecuaciónLa planta estará lista en verano de 2018
donostia - En febrero de 2011 cerraba una de las firmas más emblemáticas de Gipuzkoa. Tras 69 años de actividad, las deudas y otros factores como una falta de visión común de los socios y la pérdida del apoyo del grupo inversor, entre otros, abocaron a Ramón Vizcaíno Refrigeración a la quiebra. Dejaba en la calle a una plantilla de 400 trabajadores y en el término municipal de Oiar-tzun una gran planta que, desde entonces, no ha albergado actividad alguna.
Seis años en los que unas instalaciones de varios miles de metros cuadrados han permanecido desocupadas se encuentran próximos a finalizar gracias a la decisión de una firma acerera guipuzcoana de reciente constitución, que se trasladará a esta factoría para emprender una actividad empresarial que presagian de futuro.
Biek Kapa Perfiladores S.L. surge de un acuerdo de fusión redactado el 15 de marzo de 2017 y aprobado el 25 de mayo de este mismo año por las juntas generales de Biek Perfiladores y Kapa Perfiles, por el que la primera firma, con sede en Oiartzun, absorbía por fusión a la segunda, ubicada en Irun. Nacía así una nueva sociedad con un volumen de producción de más de 25.000 toneladas de perfiles de acero y una facturación que supera los 20 millones de euros.
La operación, hecha pública a mediados del mes de septiembre, entrañaba otro detalle importante, puesto que la actividad de la nueva compañía se realizará en la planta de Ramón Vizcaíno Refrigeración, lo que significa dotar de contenido unas instalaciones que, además, se encuentran rodeadas de otros pabellones con actividad industrial y comercial.
La nueva acerera, que declinó realizar declaraciones acerca de los motivos que han conducido a elegir este enclave, sí confirmó en cambio que la producción en la antigua planta de Ramón Vizcaíno se centrará en perfiles de acero y que las obras de acondicionamiento ya han comenzado con un presupuesto de cinco millones de euros que se invertirán en acondicionar un importante espacio de alrededor de 10.000 metros cuadrados.
De hecho, hoy día es posible observar las máquinas en el exterior de la fábrica que, poco a poco, le devolverán la imagen fabril que, con el paso de los años sin actuar sobre su infraestructura, había ido perdiendo para adquirir un aspecto de cierto abandono.
Las instalaciones volverán a recuperar una actividad que Biek Kapa Perfiladores estima intensa. Según señaló hace escasos días, esta fábrica permitirá llevar a cabo un “importante incremento de la capacidad productiva y una racionalización de costes con el fin de hacer frente a los retos a los que el sector se va a enfrentar en los próximos años”.
Respecto a la cuestión de los costes, la operación se explica puesto que se concentra en un único punto la sede de dos empresas que hasta ahora se ubicaban en Irun y Oiar-tzun. En lo relativo al empleo, la acerera guipuzcoana aseguró que se mantendrá la plantilla, que una vez unidas las dos asciende a 60 profesionales.
Las previsiones apuntan a que será alrededor de verano del próximo año cuando, metafóricamente, el humo vuelva a salir de sus chimeneas después de que un febrero de 2011 se extinguiera por completo tras una prolongada agonía no exenta de polémicas en las que estuvieron implicados agentes tanto públicos como privados.
fracaso El origen del cierre de la emblemática Ramón Vizcaíno Refrigeración se sitúa en 2009, aunque anteriormente ya se presentó un expediente que contempló el despido de dos centenares de trabajadores ante los reveses que vivió la firma.
A pesar de los contratos obtenidos en el extranjero, de importante cuantía en el caso de países como Venezuela, Angola y Ghana, Ramón Vizcaíno Refrigeración arrastraba pérdidas que obligaron en abril de 2009 al Gobierno Vasco, con un 16,3% del capital de la empresa, a intermediar para convencer a dos importantes empresarios de coger las riendas del negocio.
Los socios mayoritarios, sin embargo, frustraron este intento hasta que a finales de julio del siguiente año el grupo norteamericano AIAC entró como socio mayoritario. El capital social se nutrió de 22,5 millones de euros aportados por este grupo, el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y Kutxa.
La apuesta no se mantuvo ni un año, ya que en enero de 2011 AIAC decidió abandonar el proyecto, lo que condujo a la presentación de un ERE de extinción de contratos para los 400 trabajadores que llevaban ocho meses sin cobrar, y el cierre definitivo el 24 de febrero de 2011.
Década de los 90. Ramón Vizcaíno, tras atravesar diversas crisis, echa la persiana y nace una nueva sociedad, Ramón Vizcaíno Refrigeración.
Abril de 2009. A pesar de los primeros contratos, la situación no se estabiliza y el Gobierno Vasco interviene para intentar salvar de la quiebra a la firma. Entra un nuevo equipo directivo que no logra remontar su actividad.
31 de julio de 2010. El grupo norteamericano AIAC entra como socio mayoritario y, a los meses, se consiguen los primeros contratos por 900.000 euros.
28 enero de 2011. AIAC se retira del proyecto.
15 de febrero de 2011. Presentación del ERE de extinción de contratos.
24 de febrero de 2011. Ramón Vizcaíno cierra definitivamente.
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