donostia - El proceso para reflotar la antigua empresa Candy Hoover de Bergara recibió ayer un duro golpe al rechazar Elkargi y Oinarri la financiación para el proyecto presentado por Urbanext. Las sociedades de garantía recíproca consideran que el plan no contempla las garantías suficientes para otorgarle un préstamo, por lo que el planteamiento deberá ser modificado si se pretende obtener estas ayudas y despejar el futuro de la empresa.

El apoyo financiero de estas entidades es uno de los respaldos que esperaban los representantes de Urbanext tras celebrar una reunión a finales de septiembre, en la que presentaron su proyecto de ubicar en las antiguas instalaciones de Candy un negocio relacionado con la fabricación de mobiliario urbano con material de tetrapack reciclado. Esta iniciativa cuenta con el visto bueno del comité de empresa y significa emplear en la planta bergararra a medio centenar de los antiguos trabajadores, aunque su incorporación será paulatina.

Una vez obtenido el respaldo de la plantilla, la empresa francesa Urbanext inició una serie de trámites para materializar el proyecto, sobre todo en su vertiente financiera. Por este motivo se dirigieron a Elkargi y Oinarri con la intención de obtener los avales necesarios para recibir ayudas que les permitiera obtener préstamos. Transcurrido cerca de un mes desde esta reunión, ayer llegó la negativa.

Esta respuesta no cierra por completo las puertas a la implantación de la firma francesa en Bergara, aunque dificulta un proceso que atraviesa una fase de incertidumbre al estar en el aire muchas cuestiones, como el grado de implicación que tendrán los trabajadores en la nueva empresa. Si bien el planteamiento inicial consiste en otorgarles un 20% de participación en el accionariado, este extremo deberá ser debatido y, en su caso, aprobado en asamblea.

A este respecto, hay que recordar que la incorporación del medio centenar de trabajadores no será inmediata sino progresiva, ya que los primeros meses ocupará su puesto de trabajo alrededor de la mitad de la plantilla, sin conocer todavía en qué momento se producirá la incorporación total. Este aspecto cobra importancia a la hora de establecer cómo y cuánto aportará cada empleado hasta llegar a los 500.000 euros que ha fijado Urbanext para que formen parte del accionariado.

De momento, las negociaciones siguen su curso a la espera de que se pueda presentar la documentación oportuna para conseguir ayudas financieras que aseguren un futuro a los trabajadores.