Ederfil-Becker, ejemplo de gestión horizontal para Mondragon
La cooperativa guipuzcoana ha adoptado un sistema de trabajo basado en la participación, la transparencia y la relación directa de la plantilla con los clientesHa logrado ser la empresa más productiva de su sector en Europa
Legorreta - La compañía guipuzcoana Ederfil-Becker, englobada en la Corporación Mondragon, acaba de culminar el proceso de conversión en una sola cooperativa después de que durante poco más de diez años hayan convivido las dos empresas -las que conforman ese nombre- bajo la misma dirección pero con distintas formas de trabajar. En el último lustro han ido adoptando un novedoso sistema de gestión conjunto en las dos plantas que posee la firma productora de materiales conductores eléctricos -en Legorreta y en Alegia- y hace únicamente quince días han culminado el proceso de integración con la constitución de una única cooperativa que las agrupa.
Ese sistema de gestión ahonda en las virtudes del modelo cooperativo y apuesta además por una mayor horizontalidad en la toma de decisiones. Así, intensifica la participación de los trabajadores y avanza en cuestiones como la transparencia en la información y la relación con los clientes. Sus responsables destacan a NOTICIAS DE GIPUZKOA que la nueva configuración del sistema de trabajo ha permitido a la empresa no solo capear el temporal de la crisis económica global en los últimos años sino también conseguir ser la compañía de su sector que más producto terminado fabrica por persona y año. La Corporación Mondragon, que se haya inmersa actualmente en un proceso de reflexión sobre el modelo cooperativo del futuro, considera a Ederfil-Becker un buen ejemplo de gestión horizontal.
El director general de la cooperativa guipuzcoana, Pablo Mendizabal; la directora del departamento de Personas, Maider Martín; el presidente del consejo rector, Unai Elola; y los rectores José Manuel Caballero e Igor García explican a este periódico los detalles del modelo de gestión adoptado y las vicisitudes atravesadas para aunar los diferentes modos de trabajar de cada una de las dos plantas.
A finales de la década pasada se vio la necesidad de trabajar de manera unificada en una empresa formada por dos plantas con culturas diferentes e incluso productos distintos, pues Ederfil fabrica en Legorreta hilo de cobre, mientras que Becker se dedica en las instalaciones de Alegia al hilo de aluminio. Se eligieron a 40 personas del colectivo total de 150 trabajadores, aquellas que estaban en las dos juntas rectoras y las que se intuían como “líderes naturales”. Ese grupo de casi medio centenar de personas se reunió entre 2010 y 2011 durante ocho jornadas fuera del calendario laboral en Arantzazu con el fin de analizar cuáles eran los valores que había que potenciar en el proyecto Ederfil-Becker, así como la misión y la manera de llevarla a cabo desde el punto de vista del trabajo en equipo.
“En aquellos días empezamos a conocernos los de Ederfil y los de Becker”, cuentan. De esos encuentros nació el denominado proyecto Aldaketa Sortzen, que se puso en común con el resto de la plantilla en tres jornadas celebradas en Ordizia.
Desde entonces, se han ido unificando los derechos y obligaciones de los socios trabajadores de ambas plantas y caminando hacia la fusión legal en una sola cooperativa, una integración a la que el 90% de las personas que conforman Ederfil-Becker dieron su aprobación.
El reto de ‘Erronka’ Al dedicarse a la trefilación (estiramiento) del cobre y aluminio y su esmaltación para las diferentes aplicaciones (transformadores, componentes para automoción, motores eléctricos y electrodomésticos, principalmente), Ederfil-Becker compite en un sector con costes energéticos elevados y en el que el precio de los materiales están regulados. Ello la obliga a trabajar de manera diferente a la de una organización tradicional para poder lograr una alta productividad.
En la actualidad cada planta está trabajando a mil relevos anuales, de manera que la actividad no para ni una sola de las 24 horas diarias. Bajo la premisa de “desarrollar el liderazgo de las personas”, se ha decidido este año caminar siguiendo la línea Erronka, un nuevo proyecto basado en cuatro pilares: intensificar el trabajo en equipo, el sentido de la pertenencia a la empresa, una mayor vinculación de los clientes y la mejora de la prevención laboral.
En lo que se refiere a la primera de esas cuestiones, todos los días se reúnen tanto los líderes naturales del proyecto como los técnicos de calidad, los jefes de producción y los responsables de mantenimiento. Asimismo, una vez al mes los líderes celebran un encuentro con Mendizabal, que transmite la evolución del negocio y recoge las inquietudes de los trabajadores. “Es importante conocer todas las cuestiones que se susciten directamente de las personas y no a través de terceros; en una fábrica que trabaja las 24 horas del día es fundamental”, señala el director general.
En esa línea, otra de las cuestiones en las que Ederfil-Becker ha trabajado en los últimos años es la transparencia de la información. La empresa ha instalado un sistema informático que permite acceder a los datos de producción en tiempo real que, además, están a disposición de cualquiera de las personas de la organización que desee conocerlos.
Por otro lado, se procura que los trabajadores que configuran la compañía se sientan cada vez más identificados con el proyecto, no solo en el plano profesional sino también personal. Así, con la intención de incrementar “el sentido de pertenencia a un grupo y el orgullo por la empresa” Ederfil-Becker organiza el Día de la familia y ha desarrollado merchandising para los trabajadores y su entorno como ropa deportiva o adornos fabricados con el propio aluminio de la producción.
Asimismo, la cooperativa se ha marcado como objetivo que un tercio de la plantilla conozca al cliente, para lo cual los operarios de Ederfil-Becker, “los que están a pie de máquina y conocen a la perfección las cuestiones relativas a la producción” realizan al menos una visita a las instalaciones de los clientes, aunque se encuentren en otro país.
Así con todo, la firma guipuzcoana -que produce al año más de 30.000 toneladas de cobre y exporta el 78% de su producción, la mayor parte a Europa- ha conseguido en poco tiempo situarse entre los principales productores internacionales, pese a contar con una plantilla limitada que, no obstante, ha aumentado en los últimos años con la incorporación de 27 personas.
Producción. La cooperativa guipuzcoana englobada en la Corporación Mondragon fabrica hilo de cobre y de aluminio, utilizados como conductores eléctricos para aplicaciones como alternadores, motores, componentes para automoción, electrodomésticos, sistemas de iluminación, etc.
Facturación. El pasado año Ederfil-Becker registró una cifra de negocio de 144 millones de euros, cifra que espera incrementar en el presente ejercicio.
Inversión. Desde 2008 la compañía ha invertido cuatro millones de euros anuales en maquinaria y en sistemas de gestión de la información productiva en tiempo real en sus dos plantas de Legorreta y Alegia.
40%
Cuatro de cada diez kilos de cobre que se venden en el mercado europeo para alternadores son fabricados por Ederfil-Becker.