A dos velas
el gobierno español quiere eliminar la tarifa eléctrica doméstica de último recurso
DONOSTIA
LOS consumidores siguen con el susto en el cuerpo puesto que cada nueva medida del Gobierno español supone un incremento de precios en la gran mayoría de los casos. Y es lo que pasa ahora con la tarifa eléctrica doméstica. Madrid quiere eliminar la única tarifa que aún está regulada por el Ejecutivo: la eléctrica. El asunto es importante porque esta tarifa afecta a la gran mayoría de los consumidores en el Estado español, en concreto tres de cada cuatro, para un total de 20 millones que son los que tienen menos de 10 kw de potencia contratada.
El plan del Gobierno pasa por profundizar en la liberalización del suministro eléctrico y reducir el número de consumidores con derecho a la Tarifa de Último Recurso (TUR). De prosperar la primera tesis gubernamental se dejará sin este precio regulado a entre 5 millones y 16,2 millones de usuarios, en función de si se decide liberalizar el servicio para todos los usuarios que tengan contratado un máximo de potencia de 5 kilovatios de potencia o de 3 kw. En la actualidad la gran mayoría de los usuarios tienen contratadas entre 3 y 5 kw. Tener una potencia por debajo de tres no es aconsejable dado que al poner en funcionamiento diversos electrodomésticos a la vez como, por ejemplo, una plancha y un secador de pelo podrían, como se dice en términos coloquiales, "saltar los plomos".
El Gobierno español lo tiene claro. Llevar a la mayoría de los usuarios al mercado libre le evita el desgaste político de tener que aprobar subidas que son muy impopulares y le reconcilia con las eléctricas que están deseando fijar libremente los precios. El problema es que, según señala la Asociación de Consumidores Facua, el consumidor teme que de implantarse esta medida se vería afectado por una nueva subida de precios en la electricidad. Y le sirve de poco consuelo el desglose que efectúan las compañías eléctricas en el recibo de la luz.
Un usuario medio con una potencia instalada de 4,4 kw y que consumiese unos 300 kw al mes -1 kwh es el consumo de una lámpara de 100 watios encendida durante 10 horas- paga unos 68 euros al mes de luz, de los que solo 36 euros representan el coste real de producir y distribuir la electricidad.
El efecto de eliminar las tarifas reguladas en un sistema de competencia imperfecta como el español con un virtual oligopolio sería, según Facua, una luz más cara. Y no hay que olvidar, con datos de 2001 de Eurostat, que el precio medio de la electricidad a nivel doméstico en Europa era de 17,84 euros cada 100 kwh y en España ya estaban por encima de la media, con 19,47 euros. Si el Gobierno español decide recortar el umbral máximo para disfrutar de la TUR a 3 kw, la medida afectará a 16 millones de usuarios.