Donostia. La aparición repentina de 7.500 desempleados que se encontraban perdidos en el limbo de las listas del Servicio Vasco de Empleo (Lanbide) y que no habían sido computados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE, el antiguo Inem) hará prácticamente imposible que se cumplan las previsiones lanzadas esta misma semana por la Dirección de Economía y Planificación del Gobierno Vasco, que anticipaba una recuperación de puestos de trabajo a partir de la segunda mitad de este año.

El área del Departamento de Economía y Hacienda del Ejecutivo de Vitoria preveía que la tardanza en la recuperación económica tuviera una respuesta "limitada" en el mercado de trabajo de la CAV, si bien consideró que se viviría la creación de empleo de un 0,2% en el tercer trimestre y del 0,4% en el cuarto trimestre, lo que permitiría cerrar el año con una tasa de paro del 8,8% frente a la actual del 10%.

El hecho de que en Euskadi haya ahora 7.500 parados más ha motivado que la tasa de paro se incremente de golpe hasta el 11,4%, al estar registradas finalmente 152.956 personas sin trabajo en las bases de datos de Lanbide. Alcanzar la mencionada cifra del 8,8% se antoja ahora una misión imposible para el departamento de Empleo dirigido por Gemma Zabaleta y para el servicio de políticas activas que comanda Javier Ramos.

Los responsables del Gobierno Vasco se han encontrado de la noche a la mañana con una patata caliente acerca de la cual el propio ejecutivo socialista y el Inem parecen no saber quién tiene la culpa. Según el Departamento de Empleo, esos 7.500 ciudadanos inscritos en el anterior Servicio Vasco de Colocación (Langai), no estaban registrados en el SPEE a pesar de que se le habían aportado mensualmente las listas de personas inscritas en sus registros. Al transferirse las políticas activas de empleo a Euskadi el pasado enero y hacerse cargo Lanbide de las bases de datos de parados, entonces se ha dado cuenta del desfase entre las cantidades de desempleados apuntados al servicio vasco y los que figuraban en el estatal.

Contacto Tras la depuración de datos, deberá ser el propio Lanbide el que se ponga en contacto con todas las personas que se han visto afectadas, para citarles y actualizar sus datos como demandantes de trabajo. Estos 7.500 desocupados pertenecen a colectivos heterogéneos y, por territorios, cerca de la mitad residen en Bizkaia, alrededor de un 33% lo hace en Gipuzkoa y el resto en Álava.

Estos nuevos parados se suman a los 3.500 ciudadanos descubiertos en diciembre, los cuales cobraban la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) sin estar inscritos en el SPEE, un requisito para poder acceder a la citada prestación pública. Lanbide no ha contado tampoco a otras 29.000 personas que ya trabajaban, pero que estaban en la base de datos de Langai para tratar de encontrar un empleo mejor.