El tercer intento, seis años después
Los fiascos de 2005 y 2008 permitieron sentar las bases del acuerdo y avanzar mucho trabajo técnico
Donostia. El nuevo intento de fusión que Kutxa, BBK y Caja Vital emprenden ahora es el tercero que se aborda en los últimos seis años entre las cajas de ahorros de la CAV y supone la prolongación de los movimientos iniciados en enero entre BBK y Vital para confluir en un SIP (Sistema Integrado de Protección) o fusión fría al margen de Kutxa. Dicha maniobra vino motivada por la coyuntura económica y está enmarcada dentro de la reestructuración del sistema financiero promovida por el Gobierno central ante la crisis de la deuda.
Precisamente en ese escenario, el planteamiento inicial de Kutxa fue aguardar a un momento más oportuno -vislumbrando ya la salida de la crisis- para emprender la fusión total a tres, algo que las tres entidades siempre han contemplado en el horizonte. Finalmente, el rápido acuerdo alcanzado por Kutxa, BBK y Vital el miércoles por la tarde responde al acercamiento de posturas entre quienes preferían un SIP para la integración inmediata (BBK y Vital) y quienes aguardaban a un escenario menos convulso para emprender la fusión total, que era el caso de Kutxa.
En este caso, una fusión templada como "paso previo -en palabras de la portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia- para una integración total en el futuro", ha permitido que en un corto espacio de tiempo, el acuerdo que hace poco parecía lejano se haya cerrado con rapidez y convencimiento.
Precisamente, el bagaje de intentos frustrados de fusión que arrastran las cajas vascas con sus procesos de integración fallidos en 2005 y 2008, ha permitido que el acuerdo y la posibilidad de avanzar en el proyecto definitivo sea mucho más sencillo, debido al enorme trabajo común realizado en esos intentos, especialmente en 2008, cuando la fusión entre Kutxa y BBK estuvo a punto de cuajar y se quedó solo a cuatro votos -obtuvo 63 de los 67 necesarios- de ser refrendado por la asamblea de Kutxa.
El revés de noviembre de 2008, después de meses de trabajo, no era el primer intento frustrado de fusión, ya que en 2005, la pretendida integración de las cajas guipuzcoana, vizcaina y alavesa se encontró con la oposición inicial del PP alavés, a la que se sumó después el PSE. En aquella ocasión, los presidentes de las tres cajas vascas, Carlos Etxepare (Kutxa), Xabier de Irala (BBK) y Gregorio Rojo (Vital), habían pactado un reparto de peso en la entidad resultante que concedía a BBK el 50% del peso específico, el 35% a Kutxa y el 15% a Vital.
La referencia de este reparto acordado hace seis años, así como todo el trabajo avanzado en los intentos fallidos de 2005 y 2008, han servido para sentar las bases de futuros acuerdos que no partirían de cero en el aspecto técnico y además ya tienen sentadas unas bases mínimas para el entendimiento. El proyecto, por tanto, nace con base.
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