Rojo tira la toalla y deja la presidencia de la Vital al quedarse sin el apoyo del PNV

VITORIA. La etapa de Gregorio Rojo en Caja Vital se acabó. Después de 18 años en los órganos de decisión de la entidad alavesa -seis de ellos como presidente- ayer presentó su dimisión forzado por una situación político-jurídica que ya era insostenible. Acorralado por dos sentencias judiciales desfavorables -la del juzgado de primera instancia y la de la Audiencia Provincial-, que ratificaban la ilegalidad de su nombramiento como presidente en las elecciones del 30 de marzo de 2008, ayer a media mañana recibió un tercer y definitivo varapalo al que le siguió poco después un tiro de gracia por parte de su socio político en la entidad, el PNV.

Minutos antes de la celebración del Consejo extraordinario que convocó para decidir si la caja acordaba, a pesar de las dos sentencias anteriores, continuar la batalla judicial con un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, Rojo recibió un informe demoledor de su equipo de abogados de Clifford-Chance que precipitó los acontecimientos. Las posibilidades de lograr un triunfo a través de esta vía son posibles, le advirtieron, pero el camino hasta lograrlo será "largo, complejo y tortuoso", además de políticamente muy duro. Fuentes del Partido Popular siempre han advertido en privado que harían de esta causa una guerra política contra Rojo si fuera necesario si éste no acataba la legalidad.

Con estas credenciales, el PNV, socio preferente del PSE en la Vital desde 2008, se cansó de seguir librando batallas jurídicas y rechazó cualquier posibilidad de recurso que alimente un proceso que, hasta la fecha, ha costado a la caja casi 300.000 euros.

En su condición de mayoría en el Consejo -tiene ocho de los 16 miembros-, la formación jeltzale dejó solo a Rojo en esta encrucijada sin otra salida que la dimisión. Fuentes del PNV aseguraron a este periódico que "la caja no puede permitirse el lujo de seguir adelante, ya que las opciones de recurso son escasas". Desde la propia entidad, por su parte, se destacó que el ya ex presidente renunció al puesto "por el bien de la entidad y desde un claro sentido de la responsabilidad". Según la versión de algunos consejeros presentes en la ejecutiva de ayer, Rojo reconoció ser consciente de que continuar con este proceso "sólo puede ir en detrimento de la caja", les dijo.

Vacío de poder Con el adiós del socialista, presidente a su vez de la Cámara de Comercio y vicepresidente, de momento, de SEA Empresarios Alaveses, surge un vacío de poder que, de forma temporal, la entidad solucionará con la designación de Iñaki Gerenabarrena, vicepresidente primero de la Vital y máximo responsable del ABB, como presidente interino. El nombramiento del futuro mandatario, para el que ya han comenzado a sonar nombres como el de Javier Lasarte, diputado socialista en el Congreso y ex director foral de Economía, se producirá en breve. Y se ajustará al pacto acordado en 2008 entre socialistas y jeltzales para sacar al PP de la caja: los nacionalistas respaldarán el candidato a presidente del PSE.

Lo que no queda tan claro es el futuro de la sentencia dictada el pasado martes por la Audiencia Provincial. En vista de la más que probable renuncia de la caja a presentar un recurso de casación, está por ver si es la entidad la que solicita voluntariamente la ejecución del fallo o es el PP quien la pide.