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La solicitud de ACS de entrar en el consejo de administración marcará la junta de hoy de Iberdrola

el elevado endeudamiento de la constructora justificaría las prisas de florentino por consolidar cuentas

La solicitud de ACS de entrar en el consejo de administración marcará la junta de hoy de IberdrolaFoto: efe

BILBAO. La solicitud de la constructora ACS para entrar en el consejo de administración de Iberdrola a través de un puesto marcará la celebración de la junta de accionistas de eléctrica que se celebrará hoy en Bilbao. La cuestión es que, presumiblemente, ese puesto, -solicitado conforme al 6,67% del capital controlado a través de la instrumental Residencial Monte Carmelo en base al derecho de representación proporcional recogido en el artículo 137 de la Ley de Sociedades Anónimas-, será efímero. Todo apunta a que podrá ser revocado a instancias de algún otro accionista si se cuenta con la mayoría suficiente al considerar que se incurre en conflicto de intereses al ser el accionista ACS competidor de Iberdrola en dos áreas de negocio estratégicas de la eléctrica vasca: la de energías renovables y la de ingeniería.

La expectación por el enfrentamiento entre el modelo de empresa sostenible con vocación de independencia y desarrollo a largo plazo que defiende el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y el de maximizar beneficio a corto plazo, sin vocación de continuidad que ha ejecutado Pérez en los últimos años puede permitir que se alcance un quórum histórico de representación del capital social en la junta que hasta ahora está en tasas de más del 78%.

ACS reclama desde hace años contar con un puesto en el máximo órgano de dirección de la eléctrica, de la que es máximo accionista con una participación de más del 12% (directamente y a través de derivados).

La razón oficial de ACS para entrar en el consejo de Iberdrola es poder consolidar cuentas, lo que puede lograrlo a través de ese acceso o elevando su participación hasta el 20%. Esto último lo lleva insinuando mucho tiempo pero ni con las plusvalías de la venta de Unión Fenosa a Gas Natural ha comprado el cerca del 8% que le falta para llegar a esa cota.

Las constructoras aprovecharon los pasados años del boom financiero para entrar en compañías más grandes que ellas gracias a un apalancamiento excesivo que, con la llegada de la crisis, se está mostrando letal. Están en manos de la banca - Santander, BBVA y La Caixa-, que les solicita continuamente que vendan activos para reducir su deuda. ACS tiene un problema. Compró el principal paquete de acciones de Iberdrola a 9,25 euros. Ahora acumula unas minusvalías de unos 800 millones de euros. Además, para esas operaciones hubo de recurrir a importantes créditos. El BBVA era uno de los primeros banqueros en la operación, cuyo saldo al cierre del pasado ejercicio ascendía a 4.470 millones de euros. Y le vencen en su gran mayoría el año que viene. Por eso, la compañía de Florentino tiene tanta urgencia en sacar rentabilidad a esta costosa inversión. La constructora, que apenas vale en Bolsa 11.000 millones de euros, arrastra un endeudamiento total de 9.271 millones de euros.