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Guindillas fritas todo el año

Un minuto y medio al microondas y ya están listas las guindillas fritas, sólo falta el punto de sal. La sociedad Agiña Piperrak ha sacado al mercado, a la par que la cooperativa Barrenetxe con el pimiento de Gernika, esta novedad en las guindillas de Ibarra.

Guindillas fritas todo el año

bIEN es cierto que innovar en el mundo del campo resulta complicado. La tierra sigue su curso y sólo atiende al paso de las estaciones. No obstante, los productores no cejan en su empeño de adaptarse a las demandas del público y, en este sentido, la sociedad Agiña Piperrak es un claro ejemplo de ello.

Iñaki Labaien y Francisco Orbegozo socios de esta empresa han conseguido dotar de un mayor valor añadido a un producto tradicional y típico de nuestro territorio como es la guindilla de Ibarra, alimento que cuenta con la certificación de Esko Label. Han conseguido que este producto de temporada esté listo para comer frito en cualquier época del año.

Agiña Piperrak, a la par que la cooperativa Barrenetxe con los pimientos de Gernika, ha sacado al mercado las guindillas fritas-congeladas, un producto que, a pesar de ser sometido a este tratamiento, no pierde un ápice de sus propiedades: su piel fina, su carne tierna que prácticamente no pica, su color amarillo verdoso y su suave sabor, características que hacen a las guindillas de Ibarra inconfundibles. De hecho, esta sociedad está a la espera de que Eusko Label otorgue su certificado de calidad también a esta nueva variante del producto guipuzcoano.

El proceso de recoger, seleccionar, freír, ultracongelar, etiquetar y envasar las guindillas no dura más de 24 de horas y ésta es una de las razones por la que las guindillas conservan su calidad intacta para cuando llegan a manos del consumidor. Una vez recogidas y seleccionadas por Agiña piperrak, las guindillas son transportadas a la empresa guipuzcoana Ameztoi, especializada en alimentos precocinados de alta calidad. Allí se centran en el proceso de fritura, ultracongelación, envasado y etiquetado siguiendo los controles de Kalitatea. Finalmente, el producto llega, por ahora principalmente al sector hostelero, donde únicamente han de calentar las guindillas congeladas durante un minuto y medio en el microondas y sazonarlas al gusto.

"El sabor es auténtico", afirma Labaien para añadir que apostaría a que en un concurso para adivinar si las guindillas de Ibarra han pasado por este proceso o no, más de uno de los grandes culinarios de nuestro territorio fallaría. Aun así, destaca que para que este producto mantenga alta su calidad, es imprescindible que no se rompa la línea de congelado.

Es precisamente este requerimiento lo que hace más apropiado que este producto se dirija al sector hostelero antes que a las familias, aunque Labaien y Orbegozo de momento no descartan ninguna posibilidad.

A LA TERCERA

Intentos desde 2003

La época de recogida de la guindilla de Ibarra tiene lugar durante los meses de julio y agosto. Hasta ahora para conservar el producto el resto del año, las guindillas se embotaban en vinagreta de vino blanco, pero visto el éxito de estas verduras fritas y servidas como ración en los bares, Labaien y Orbegozo empezaron a pensar en la forma de otorgar a este producto una mayor caducidad.

Así, en 2003 lo intentaron con una empresa asturiana, pero la fórmula que les propusieron no terminó de convencer a estos dos socios. Hace dos años volvieron a intentarlo con otra empresa, que esta vez sí les convenció con la idea de freírlas y congelarlas, pero que no les aportó seguridad de fidelidad, así que decidieron dejar el proyecto parado.

Finalmente, en una feria de Barcelona Labaien y Orbegozo conocieron a los miembros de la cooperativa Barrenetxe quienes, a su vez, estaban buscando una alternativa parecida para los pimientos de Gernika. Así, ambas compañías se pusieron en contacto con la empresa Ameztoi para que se encargara del proceso de freír y congelar el producto con las máximas medidas de calidad.

Por el momento, ya han presentado ambos productos (el pimiento de Gernika y las guindillas de Ibarra) sometidos a este tratamiento en varias ferias de alimentación, incluida la feria Anuga que se celebra en Colonia (Alemania) y que es una de las más prestigiosa, y han recibido buenas críticas por parte de los medios y del sector.