Llegar a final de mes con los salarios actuales no siempre es fácil y para muchas personas se puede convertir en un tremendo desafío. Cuesta mucho esfuerzo ganar el dinero y, sin embargo, se esfuma rápido porque los sueldos en la mayoría de los casos no crecen en la misma medida que el coste de la vida.

En este contexto, es necesaria una buena planificación de la economía doméstica para no acabar gastando más de lo que podemos permitirnos. Para contener el gasto hace falta una buena organización y una fuerza de voluntad de hierro que, con la ayuda de unas sencillas técnicas, te permitirán realizar una mejor gestión de tus recursos.

Consejos útiles

Si nuestro objetivo es gastar menos y ahorrar más cada mes, no se trata de establecer unas complicadas estrategias imposibles de cumplir, sino que muchas veces bastará con cambiar alguno de nuestros hábitos. A continuación te ofrecemos varios útiles y sencillos consejos que te pueden ayudar a conseguir tu meta. Estos son:

1- Elabora un presupuesto detallado

Haz una lista completa con todos tus ingresos y gastos, y clasifica estos últimos en diferentes categorías como vivienda, transporte, alimentación y entretenimiento. De esta forma, en caso de necesitarlo, podrás determinar con mayor rapidez y claridad de dónde puedes empezar a recortar los gastos

2- Distingue entre gastos fijos y variables

En el día a día hay una serie de gastos que son imprescindibles como el pago del alquiler o la cuota de la hipoteca de la vivienda, el agua, el gas, la electricidad, el transporte, el teléfono o la alimentación más básica. Debes darles una prioridad absoluta frente a aquellos otros opcionales como los destinados al ocio (comidas fuera de casa, salidas de entretenimiento, vestuario...), más fáciles de ajustar o de reducir. Si tus gastos variables son más grandes que los fijos, esto indica que estás gastando más de lo que debes en cosas sin mucha importancia.  

Un hombre tacha de la lista de la compra los productos que ya tiene en la cesta.

3- Controla las compras impulsivas

Antes de comprar un producto, espera 24 horas. Esto te ayudará a reflexionar y a tomar una decisión sobre si realmente lo necesitas o si es un arrebato por un capricho. También puedes hacer una lista de lo que necesitas para ceñirte a ella y evitar así gastos innecesarios.

4- Ahorra en la compra de alimentos

Planifica tus desayunos, comidas y cenas cada semana y compra solo aquello que sea necesario. Aprovechar determinadas ofertas o cupones te puede ayudar a reducir el gasto en alimentación.

5- Ahorra en servicios públicos

Procura controlar el consumo de energía y de agua. Apaga luces y aparatos cuando no los uses, utiliza bombillas de bajo consumo y revisa si puedes renegociar tus tarifas con las compañías de servicios. 

6- Evita el uso excesivo de tarjetas de crédito

Intenta pagar en efectivo o con débito para no acumular deudas en las tarjetas de crédito que acaben generando intereses y repercutiendo en tu bolsillo. En el caso de que uses tarjetas de crédito, paga el saldo completo cada mes para evitar cargos adicionales.

Una mujer se dispone a realizar una compra 'online'.

7- Busca ingresos adicionales

Considera la posibilidad de obtener ingresos extra, ya sea mediante trabajos freelance, vendiendo artículos que no usas o monetizando algún talento o habilidad que tengas.

8- Crea un fondo de emergencia

Aunque sea con pequeñas cantidades, intenta ahorrar un poco de dinero cada mes. Ese colchón te ayudará a enfrentar imprevistos sin tener que endeudarte.

9- Revisa suscripciones y servicios

Echa un vistazo a tus suscripciones (plataformas de streaming, gimnasios...) y evalúa si realmente las utilizas o si puedes prescindir de alguna de ellas por un tiempo.

10- Paga primero las deudas con los intereses más altos

Si tienes deudas, prioriza aquellas que tienen los intereses más altos; esto te permitirá reducir el impacto de los intereses durante un plazo largo.

Tener en cuenta estos pequeños gestos te ayudará a gestionar mejor tus ingresos y a evitar situaciones de estrés financiero; la clave está en la constancia y en la planificación anticipada. Ser perseverante y disciplinado en el ahorro te permitirá disfrutar después de tus logros y, por qué no, premiarte con algún capricho.