La agrupación ciudadana Áncora, que promueve el estudio, conservación y promoción del patrimonio cultural, ha denunciado la demolición de "una de las casas de campo más antiguas de Ategorrieta, en Donostia, Villa Celayenea, proyectada por el arquitecto José de Goicoa en 1896". En este sentido, desde esta agrupación denuncian que el Ayuntamiento de la ciudad haya derribado, en las tres últimas legislaturas, "más de 25 villas históricas, incluyendo otra casa de campo también proyectada por Goicoa: la villa Stella Maris, sustituida en 2018 por un supermercado de la cadena Aldi".
Según señala Áncora en un comunicado, el derribo de esta villa, situada en una finca con una parcela ajardinada de 1.923 metros cuadrados, tuvo lugar ayer. Su nombre, Celayenea proviene del caserío que se alineaba en el borde de la antigua Calzada de Pasajes.
El arquitecto de la plaza del Bueno Pastor y el Palacio Foral
"Goicoa es muy conocido por su decisiva contribución a la configuración urbana de San Sebastián. Fue arquitecto municipal en el cambio de siglo, siendo autor de la plaza del Buen Pastor y del Palacio de la Diputación Foral. Proyectó equipamientos públicos tan relevantes como el cementerio de Polloe, el mercado de San Martín o las escuelas de las calles Urbieta y Aldamar. Dirigió la construcción del Palacio de Miramar por encargo de la reina María Cristina y realizó las parroquias del Antiguo y de Gros", repasan la trayectoria del arquitecto.
En este caso, el arquitecto aprovechó "el arco de entrada del viejo caserío, compuesto por gruesas dovelas de piedra, integrándolo en el cierre perimetral de la propiedad". "La villa se levantaba sobre una terraza elevada, soportada por cinco arcos de medio punto y tenía planta en forma de “L”, con la fachada principal orientada al Suroeste. Era una construcción de estilo ecléctico que se inspiraba en modelos medievales: siendo características sus ventanas ojivales o con alfices, el hastial escalonado y la torre almenada de su fachada posterior. Presentaba cubiertas de teja plana y acusada pendiente, rematándose mediante una cruz de piedra sobre el piñón que le daba el aspecto de una romántica capilla", manifiestan.
Menos espacio verde
Según recuerdan desde Áncora, se había solicitado "reiteradamente la conservación" adaptándola, por ejemplo, en "viviendas independientes, tal y como se acostumbra a hacer en casos análogos". Sin embargo, lamentan que "la nueva ordenación aprobada por el Ayuntamiento rompe con la identidad arquitectónica y el equilibrio paisajístico del entorno, al alterar la relación entre espacio verde y volumen construido", ya que, según sostienen, "el proyecto conlleva la desaparición del jardín y el hormigonado completo de la parcela para obtener tres adosados cúbicos, con piscina y aparcamiento".