Espectacular colección y derroche de fuegos. Bastaba con acercarse por la mañana a Alderdi Eder para presagiar que venía algo gordo.

A la noche se comprobó que fue así con novedosas series, prodigio de color y potentes carcasas.

Hubo momentos en los que el público acompañó con aplausos el ritmo de la colección que se estaba quemando.

La traca final, atronadora con abundante material. Resultó maravillosa.