Donostia es una ciudad pequeña, pero con distintas caras. Se puede pasear al borde del mar, realizar un recorrido catando pintxos, subir a las cumbres que la rodean, bañarse en las aguas del Cantábrico... Pero también posibilita llevar a cabo un recorrido por los hitos escultóricos que “dialogan” sobre los Derechos Humanos.

Y sobre ese diálogo ha querido trabajar el Ayuntamiento de Donostia poniendo en marcha PaseARTE, una actividad que propone un recorrido por diferentes lugares y esculturas que favorecen la reflexión.

La iniciativa se puso en marcha con motivo de la conmemoración del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El paseo muestra a las y los escolares de 5º y 6º curso de Educación Primaria esas etapas que en la ciudad invitan a parar, reflexionar y debatir.

Miren Koro Campos, de Koma Zerbitzu Kulturalak, destaca que la respuesta de los centros educativos ha sido muy buena pese a que el curso 2023-2024 ha sido algo “especial” a causa de las huelgas. “En el circuito de la Guerra Civil, que lleva más años, también se ha dejado notar mucho el tema de las huelgas, ya que es necesario recuperar con posterioridad las clases perdidas”, informa.

Al ser la de este curso la primera convocatoria de esta iniciativa, queda mucho margen de mejora en participación, aunque los organizadores están muy satisfechos de la respuesta de los centros escolares de la ciudad. Y es que, además, todavía queda por delante casi medio curso para sumar más grupos participantes en esta interesante propuesta.

Hasta la fecha han sido más de 300 las y los escolares que han tomado parte en esta iniciativa, con 21 grupos apuntados. Algunos centros escolares han participado con más de un aula, como es el caso de Santo Tomas Lizeoa que lo ha hecho con cuatro clases.

Un grupo de escolares de Santo Tomas Lizeoa ante la obra Oroimena-Memoria. Santo Tomas Lizeoa

Miren Koro Campos subraya que las valoraciones obtenidas han sido muy positivas. “Se han mostrado muy contentos”, abunda.

Desde los centros escolares de la ciudad se les ha transmitido la “necesidad” de efectuar este tipo de propuestas que permiten trabajar, de forma lúdica, sobre los derechos humanos.

Con naturalidad

Al ser las y los participantes en esta iniciativa escolares de edades jóvenes, su participación ha sido más viva que cuando propuestas de estas características se llevan a cabo con adolescentes o jóvenes.

“Todavía no sienten vergüenza, y se animan más a tomar parte, a preguntar o mostrar sus dudas”, explica Campos.

A lo largo del recorrido los escolares escuchan explicaciones, toman conciencia de realidades muy diversas y conocen situaciones que les eran ajenas. Pero, además, este tour tan singular les permite reflexionar sobre temas muy diversos.

En las rutas se utiliza una “narrativa redactada en clave positiva” con ejemplos que les resultan próximos a los escolares participantes

Miren Koro Campos relata un hecho sucedido hace pocas jornadas. Uno de los escolares que tomaba parte en PaseARTE escuchó con interés lo que se le explicaba sobre el respeto a los derechos de los demás, a la protección de su espacio, de sus libertades.

En un momento dado tomó la palabra para preguntar sobre un tema que, en su caso, le preocupaba. “Entiendo que hay que respetar los derechos de los demás, pero a mí me obligan a hablar euskera y yo no quiero hablar en euskera todo el tiempo”, afirmó,

Esta aportación, subraya Campos, más allá de otras reflexiones lo que sí evidencia es que, pese a su juventud, y a que “a veces se despistan y parece que no prestan atención”, las explicaciones que se les van dando van dejando huella y les hacen pensar.

En este caso, afirma Campos, el joven escolar reflexionó sobre un planteamiento. “Yo tengo que respetar los derechos de los demás pero, ¿qué pasa con los míos?”

Y es que, aunque la mayor parte de los recorridos se han desarrollado en euskera porque la demanda es mayor, también se ofrece la misma propuesta en castellano, sobre todo atendiendo a la realidad de la población migrante. “Tenemos que garantizar que el contenido se transmite con claridad”, apunta Campos.

Aunque las próximas dos semanas serán de vacación para esta iniciativa, los centros escolares interesados en participar en la misma pueden inscribirse u obtener más información a través del correo electrónico info@komazk.com o llamando al teléfono 943456000.

El recorrido

La ruta que se lleva a cabo tiene una duración aproximada de una hora y 30 minutos y se desarrolla sin obstáculos arquitectónicos y en grupos de unas 25 personas.

El recorrido pasa por la plaza de La Bretxa, lugar simbólico por el asedio que sufrió Donostia en 1813. Otra de las etapas se sitúa en la calle 31 de Agosto, “donde la ciudadanía donostiarra supo reponerse de la destrucción para reconstruir la ciudad”.

La basílica de Santa María es otra visita ineludible, además de la escultura Dual, ubicada en la calle Ijentea, que rinde homenaje a las víctimas “del mayor acto de vulneración de los derechos, como es el de una guerra impuesta”.

Una clase de Santo Tomas Lizeoa en la escultura Dual. Santo Tomas Lizeoa

Los pasos de las y los jóvenes escolares se dirigen después el monolito Oroimena- Memoria, punto en el que se aprovecha para hablar sobre “las vulneraciones del derecho a la vida como consecuencia del terrorismo y la violencia en Donostia”.

Después se acercan a la catedral del Buen Pastor, ante la cual se levanta la escultura Jachkar armenio, punto en el que se plantea el debate sobre el exilio y los desplazamientos forzados. 

La ruta no se olvida de la escultura de Clara Campoamor, un enclave inmejorable para poder tratar de la igualdad entre los seres humanos, con especial atención a la igualdad de la mujer.

La concejala de Gobernanza Abierta, Digital y Colaborativa, Ana López, destaca las oportunidades que Donostia oferta con “múltiples obras de arte que agrupan diferentes temáticas relacionadas con los Derechos Humanos. Desde esculturas que nos hacen recordar la Guerra Civil, el terrorismo y los derechos de la mujeres, a esculturas relacionadas con la paz y la libertad”.

Durante el recorrido los y las educadoras que ofician de guías hacen uso de “una narrativa redactada en clave positiva y ejemplos fácilmente entendibles, cercanos en el tiempo y en el espacio, con casos que se dan en su entorno familiar o escolar y que les afectan de forma directa o indirecta”.

Al mismo tiempo, se trabaja en la puesta en valor de “la cantidad de derechos que se garantizan en nuestra sociedad”, aunque todavía quede mucho camino por andar.