El hotel Nobu de Miraconcha, que reabrió el miércoles sus puertas tras un mes cerrado por orden municipal, no puede usar todas sus plantas porque en la última “hay un problema de alturas”. Así lo aseguró ayer la concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, en la comisión de Ordenación del Territorio, donde respondió a una interpelación presentada por Elkarrekin Donostia sobre el alojamiento de lujo.
Tras las críticas de la concejala Arantza González, que acusó al Gobierno municipal de pretender “legalizar la ilegalidad”, Arzallus respondió que “jamás se va a a legalizar lo ilegalizable”. Por ello, dijo, el Ayuntamiento ha reclamado a la empresa propietaria del hotel que presente documentación sobre la situación de la última planta, para ver si puede ser legalizable, además de otras reclamaciones que se han ido subsanando. Mientras tanto, con la licencia de ocupación parcial, las habitaciones de la última planta no se pueden utilizar.
La antigua villa Vista Eder, convertida en hotel Nobu, es ahora algo más alta, lo que ha sido denunciado por vecinos. Según los argumentos expuestos ante el Ayuntamiento por los responsables de la obra, las paredes de la última planta no aguantaban el peso de la nueva cubierta, por lo que se reforzaron y aumentó la altura, algo que fue percibido por los vecinos del entorno.
La representante de Elkarrekin Donostia criticó la situación, así como la desaparición de tres fachadas, algo que, según dijo, “no solo no se permitía en el informe de derribo sino que, al contrario, se exigía que se mantuvieran”. González, además, añadió que en los planes solo se autorizaban 14 habitaciones “cuando en la web pone que hay 17”. Asimismo, criticó la “labor de vigilancia” del Ayuntamiento porque “no se cumplen las alturas máximas”.
Arzallus, por su parte, insistió en que el Ayuntamiento ordenó el cierre del alojamiento cuando vio que no se habían cumplido las cuestiones indicadas. “Presentaron la licencia de primera ocupación y luego la actividad comunicada porque entendía que valía”, dijo. Sin embargo, añadió, cómo no fue así, y el Consistorio ordenó el cierre temporal.