- Tras dos años de ausencia, los carnavales llegaron anoche a Donostia. El Dios Momo y su séquito hicieron su aparición en la plaza de la Constitución, con alegres y vistosos trajes, y acompañados de una txaranga y numeroso público, que no quiso perderse la recuperación de la fiesta. Tras recorrer distintas calles de la Parte Vieja en su coche amarillo, el animado cortejo accedió al hotel María Cristina, donde recibió las llaves de la ciudad, símbolo de que estos días es Momo quien tiene el mando y ordena pasarlo bien. / Foto:
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