donostia - ¿Le sigue haciendo ilusión el Día de San Sebastián siendo alcalde o le da mucho trabajo?

- Me hace ilusión como donostiarra, siendo alcalde o sin serlo. Da mucho trabajo pero se hace con mucho gusto. Son 24 horas para disfrutar y de verdad que lo hago.

¿Cómo ha visto el proceso para elegir el Tambor de Oro este año?

-Yo creo que ha ido muy bien. Nos ha costado mucho trabajarlo. Los portavoces hemos dedicado un poco de tiempo a ponernos de acuerdo. Ha funcionado muy bien en gran medida por los ciudadanos y, también, por la generosidad de las personas nominadas, que han accedido a que fueran los ciudadanos los que eligieran.

Era un poco delicado que supieran que podían no elegirles, ¿no?

-Claro. Y eso indica mucha generosidad por parte de estas personas. Por eso también creo que todas ellas son merecedoras del galardón.

¿El año que viene se repetirá el proceso?

-En sus líneas generales no vamos a cambiar, aunque haremos una valoración para ver si hay algún detalle que modificar.

¿En este año ha tenido oportunidad de hablar con la periodista Àngels Barceló, que resultó un Tambor de Oro fallido en la última edición de la fiesta?

-La verdad es que no he tenido oportunidad de hablar con ella.

Con el nuevo proceso, el Tambor de Oro ha cambiado un poco de personalidad. Ya no es un premio por difundir el nombre de la ciudad sino un apoyo popular a la persona.

-El caso particular de Richard Oribe tiene los dos componentes sin ningún género de dudas. Ha participado en seis Juegos Paralímpicos, tiene numerosísimas medallas y una proyección especial en un campo difícil. Creo que el Tambor de Oro ha ido cambiando con el paso de los años y hay una discrepancia entre la configuración teórica del galardón y lo que percibían los ciudadanos, que era cada vez más un galardón popular. Eso es así y ese flanco Richard lo cubre muy bien. El reglamento sigue siendo el mismo porque es muy amplio, pero antes ya se cambió porque, por ejemplo, era obligatorio no ser nacido en Donostia. Los galardonados representan los valores que la ciudad considera como suyos.

¿No se cambiará el reglamento entonces?

-No es necesario.

¿Tendrá un hueco para la familia en San Sebastián?

-Sí, siempre lo tengo. Normalmente, la comida es familiar.

¿Y tiene algún plato o menú preferido para este día?

-No. Me he olvidado de cuando se ponían angulas. Es más importante la gente con la que estás que lo que comes.

¿La familia también se revoluciona con los niños que salen en el desfile?

-Sí. El pasado año salieron los pequeños y este año, la mayor.

¿Disfrutaba más antes de ser alcalde, cuando podía pasar inadvertido?

-Es muy diferente. Cuando pasas inadvertido eres más libre. No tienes que atender compromisos, no estás expuesto y eso es una ventaja. Pero salir en una tamborrada como alcalde también da una posición de orgullo.

¿Cuál es el momento más emocionante?

-Cuando en la noche del 19 a 20, en la biblioteca arranca la Marcha de San Sebastián.

¿A 24 horas de que arranque la fiesta, qué mensaje dirige a los donostiarras y visitantes?

-Esta es una fiesta para sentirse orgullosos de ser donostiarras. Es una día en el que tenemos una predisposición a llevarnos bien. Se ven situaciones y cuadrillas que en otros momentos son inusuales. Es el momento de sentir ese orgullo y de compartirlo con tus convecinos. Y bienvenidos todos los que llegan de fuera pero para que todos disfrutemos. Y tanto a los de aquí como a los de fuera les pido que haya respeto, que es lo que hace que todo salga mejor.

El clima es mucho más tranquilo que hace años aunque las pancartas de tipo político siguen teniendo su hueco. ¿Qué opina?

-Por parte del Ayuntamiento tiene que haber un principio de proporcionalidad si se actúa. Siempre he creído que están profundamente equivocados los que usan un recinto festivo para otra cosa. Era más manifiesto hace diez o veinte años. Y creo que la mayoría de los donostiarras no comparten que se trate de utilizar el espacio que es de todos para una reinvindicación, sea la que sea y por muy legítima que sea. Hay quienes no lo entienden así y siguen con lo suyo. Tiene que haber un criterio de proporcionalidad y no se trata de que montemos un pollo con la plaza absolutamente abarrotada.

¿Hay algo que le quite el sueño de cara a la Tamborrada?

-Me preocupa, como en cualquier momento festivo, todo los relacionado con las agresiones sexuales a mujeres. Por eso me hace dar otro mensaje de concienciación. Y en un plano más ligero, me preocupa la previsión meteorológica, tanto por los niños como sus familias.- C.A.