-No me lo temía. Creía que habría una decisión adoptada. Nos comunicaron las dos hipótesis de trabajo que ya conocíamos. Pero necesitamos una decisión y pensaba que la habría, sobre todo cuando la llamada fue por su parte. Siendo justos tengo que decir que la reunión fue bien. Se comprometieron a instar a que se adopte una decisión porque comparten nuestra visión de que la cárcel está en una situación insostenible.

Se empiezan a escuchar voces que dicen que no hace falta una nueva cárcel y que podría servir un pequeño centro de reinserción. ¿Qué opina?

-No voy a entrar en ese debate. Hay distintas posiciones, pero yo como Ayuntamiento no me voy a meter en el diseño de la política penitenciaria, aunque sí en lo que afecta a la ciudad. No solo porque quiero continuar con la segunda fase de Txomin Enea, que es muy importante para Donostia, sino porque también hay un establecimiento en condiciones muy malas.

Parece que con la atenuación de la crisis y otros factores, el precio de la vivienda vuelve a subir, ¿qué planes tiene el Ayuntamiento para tratar de contenerlo?

-En esta legislatura hemos hecho una apuesta bastante decidida por promover la vivienda protegida, que no se había hecho en los últimos cuatro años. No voy a utilizarlo como reproche porque en los cuatro años anteriores la situación económica no era la misma y para que un Ayuntamiento pueda promocionar vivienda pública tiene que tener dinero.

A usted sí le está reprochando EH Bildu que en su mandato ha subido el precio del alquiler.

-Lo que digo no es un reproche a los anteriores pero lo digo para que sean algunos un poquito más prudentes a la hora de decir las tonterías que suelen decir. Este Ayuntamiento, no el Gobierno, está haciendo un esfuerzo ingente en Txomin Enea y ahí la mayoría es vivienda de protección oficial. Hay que seguir por esa línea. Estamos en plena fase de elaboración de un plan de actuaciones que queremos llevar adelante.

¿Se puede influir en el precio de la vivienda con planes municipales?

-El precio de la vivienda me preocupa pero es algo muy complejo. En política no todo vale. No vale decir que el responsable de que la vivienda sea cara en San Sebastián sea el alcalde. Es el absurdo que llega a decir EH Bildu. Si estáis de campaña un año y medio antes, pues muy bien. Pero la vivienda ha sido cara en esta ciudad desde que tengo uso de razón. Las ciudades que tenían el precio más alto del Estado, junto a Donostia, han sido Madrid y Barcelona. En esta última han empezado a salir noticias que dicen que está bajando y ya sabemos por qué. Donostia es una ciudad próspera, hay buena calidad de vida... El precio de la vivienda es la cruz. Yo no contemplo que para bajar el precio de la vivienda la calidad de vida sea peor. El instrumento que tenemos es la creación de vivienda pública y en eso estamos volcados.

Los nuevos apartamentos para jóvenes no acaban de empezar. Ni en Ulia, donde ha sido anulado el plan y hay sectores en contra, ni en otros lugares. Además, ha habido algunos apartamentos demasiado tiempo vacíos antes de cambiar de inquilino. ¿Es una tarea pendiente, no?

-Nos guste o no, hay que volver a iniciar el procedimiento de los apartamentos para jóvenes de Ulia. Que se hagan ahí o no ya se planteará en su momento, pero ahí o en otro sitio hay que hacer viviendas para jóvenes.

Parece que la abundancia de pisos turísticos también afecta al precio del alquiler. La aprobación de la ordenanza para su regulación se retrasa un mes. ¿Cree que estará lista para este verano? ¿Tiene riesgo jurídico, como dicen algunos?

-Todas las ciudades que estamos intentando regular los apartamentos turísticos tenemos el mismo problema. El debate jurídico es general. La discusión de fondo está en si este tipo de actividad es una actividad económica o no. Yo creo que sí. Y el debate también se centra en si un apartamento turístico supone un cambio de uso. Y no hay una respuesta. Todas las ciudades regulamos con ese nivel de debate, pero tenemos la obligación de hacer algo. Y una regulación superior, no solo de la Comunidad Autónoma Vasca sino estatal, no nos vendría mal. Pero no hay voluntad de hacerla y las ciudades tenemos que actuar. No me preocupa que la ordenanza se retrase hasta febrero porque no hemos perdido el tiempo. Firmamos un protocolo con el Gobierno Vasco por el que las dos instituciones funcionamos con el mismo criterio, lo que ha supuesto el refuerzo de medios municipales y la apertura de muchísimos expedientes.

¿Las últimas lluvias han dado el aprobado a las obras antiinundaciones del Urumea?

-No quiero lanzar las campanas al vuelo. Se hicieron las obras porque se creía que tendrían un buen efecto. No es que las precipitaciones nos hayan puesto a prueba como en 2011, pero parece que sí funcionan.

¿Cree que la última sentencia sobre los toros favorecerá que haya una consulta sobre las corridas en Donostia?

-La sentencia nos da la razón en algo importante, en la capacidad que un Ayuntamiento puede tener para determinar para qué quiere usar las cosas, algo que se ponía en cuestión. Eso se usó como argumento para rechazar la consulta por parte del Consejo de Ministros. Es un argumento a nuestro a favor y lo vamos a aportar al recurso que se sustancia en el Tribunal Supremo contra la decisión del Consejo de Ministros.

¿Se va a conseguir vender el complejo de Illumbe, una operación cuya firma se está retrasando?

-Sí. Eso sigue adelante y se firmará en marzo.

Finalmente, se han roto las negociaciones con la Sade y el Ayuntamiento se enfrenta a una reclamación de trece millones por el Bellas Artes. Usted hubiera apostado por dar al solar un uso residencial, como proponía la empresa, y anular el pleito, pero el ala socialista del Gobierno no le apoyó.

-Cuando te piden esa millonada, claro que da miedo, aunque los servicios jurídicos dicen que es una reclamación floja y que la razón es del Ayuntamiento. Me sigue preocupando el estado actual y las perspectivas de futuro. Si la sentencia es a favor del Ayuntamiento, perfecto, pero si no, se recurrirá.

Dentro del Gobierno municipal PNV-PSE también ha habido diferencias de pareceres sobre el estudio que propone la implantación de un hotel en el palacio de Miramar.

-Es una tormenta en un vaso de agua. Discrepancias con mi socio de gobierno no he tenido con esto. Es una reflexión que se encargó en su momento al director del Kursaal. Alguien ha tenido interés especial en focalizar el debate sobre el hotel, como si poner un hotel en la ciudad fuera horrible. Lo que se intentaba preservar era el cuerpo principal del edificio y lo otro era accesorio. He llegado a oír que se acabarían cerrando los jardines públicos, algo que no ha dicho nadie. Lo que me importa es ver cómo podemos encontrar una solución y optimizar un recurso espectacular como es el palacio de Miramar, teniendo en cuenta las limitaciones patrimoniales, ya que el edificio no se puede ni se debe tocar.

EH Bildu le ha acusado de no levantar la voz ante las instituciones gobernadas por el PNV.

-Venían a decir que no era un alcalde que defendía los intereses de la ciudad sino los del PNV. Pero, claro, es el relato que a ellos les interesa tratar de colar en precampaña.

¿Cree que esta formación, la principal de la oposición en Donostia, está ya en precampaña?

-En algunos aspectos sí.

La legislatura ha pasado el ecuador. ¿Tienen que pisar el acelerador para cumplir su programa?

-Lo vamos cumpliendo razonablemente pero sí, hay que pisar el acelerador porque hay cosas que cuestan más de lo que a uno le gustaría. Los procedimientos son largos. La regulación es muy complicada y no todos los trámites dependen de la propia casa, sino de otras instituciones. La ley de contratos, que entrará en vigor este año, introduce además mayor complicación. Todos los cambios se dirigen a que todo vaya más lento.

¿Repetiría la experiencia de la coalición?

-Antes de pensar en una fórmula de gobierno necesito saber qué piensan los ciudadanos. Que digan, somos así, y luego se verá.

¿Las afinidades personales afectan a la cohesión de los gobiernos?

-No. La realidad es que cuando llegamos a la Alcaldía buscamos un gobierno con estabilidad pero no por comodidad sino porque es la manera mejor de sacar los proyectos adelante. Lo importante es para qué, qué queremos hacer. Me intento centrar en eso. No en lo bien o mal que me pueda llevar con tal o cual, para la ciudad es irrelevante. Igual para mí no lo será tanto, pero me aguanto.

¿Qué nota le da al funcionamiento de su gobierno?

-Una buena nota.

Le preocupan las afecciones del metro en la ciudad.

-Sí, como cualquier otra obra, genera molestias. Hay que superarlas en la perpectiva de que es para mejorar. Parece que nunca se ha hecho nada en Donostia y sí: ha habido grandes afecciones en Altza, entre Herrera e Intxaurrondo, en Añorga... y se ha demostrado que merecían la pena.

Carlos I ha mejorado con los cambios que se aplicaron. ¿Lo dejaría así o sigue apostando por su cierre?

-Me gustaría que algún día fuera así. No renuncio a que desaparezca el enlace de Carlos I, aunque sí ha mejorado respecto a la situación anterior. Pero los previos son importantes. La solución no pasa solo por ampliar la rotonda de Martutene. El problema está también en el río, por eso es importante crear un acceso por Marrutxipi, para que lo use la gente de la zona de Gros y así no se llene el paseo del río.