Ni la propia concejala de Cultura del Ayuntamiento de Donostia, Miren Azkarate, sabía que Mari, símbolo de quienes han dejado su vida en la mar, nació en Zumaia hace 150 años. Lo creía donostiarra, porque su monumento, erigido en el puerto de la ciudad, forma parte de sus recuerdos de infancia. Así lo ha sido también para muchos otros que al pasar por delante levantan la vista hacia el marinero que, desde su atalaya, vigila eternamente la bahía.
Nació en Zumaia en 1866 pero en Donostia pasó parte de su vida. Por ese motivo los ayuntamientos de ambos municipios han querido rendirle homenaje editando un libro obra de Javier Carballo y Xabier Alberdi, cuya realización se ha dilatado más de lo previsto. A partir del 19 de diciembre, fecha de su presentación oficial en Zumaia, podrá adquirirse al precio de 12 euros.
José María Zubia, Mari, es el título de una publicación que, según Carballo, solo incluye datos e historias que han sido contrastadas. Tanto es así que, en cierto modo, se desmonta el mito de que murió en un acto de salvamento contando que “el día en que se ahogó no salvó a nadie”. Una ola hizo volcar la trainera en la que iba a auxiliar al barco Elcano II, de Getaria, y falleció.
Pero Mari, al que en vida nadie apodó Aita Mari aunque muchos utilicen este nombre, ya acreditaba diversos salvamentos -“no miles como se ha contado, porque sería imposible”- como el que llevó a cabo en 1861, cuando una embarcación con siete pescadores donostiarras zozobró a la altura de Urgull. Mari y 10 hombres más consiguieron salvar a tres de los náufragos.
En esta obra las imágenes -algunas de ellas casi desconocidas- tienen especial importancia para ilustrar la vida y proceder de José María Zubia.