donostia - El salón de Plenos del Ayuntamiento de Donostia acogió ayer un acto para conmemorar 30 años de solidaridad con el pueblo saharaui. Desde 1986, cada verano llegan a la ciudad niños y niñas que buscan alejarse de la dura vida en los campos de refugiados. “Este tipo de programas les permiten conocer otro mundo distinto que no sea la realidad de los campamentos”, explicó Mohamed Fadel, representante saharaui en la CAV. También destacó que “Donostia siempre ha estado en los peores momentos del pueblo saharaui” en su conflicto con Marruecos.
Para conmemorar los 30 años de colaboración, el Ayuntamiento proyectó vídeos sobre la experiencia de los niños, grabados en el marco del programa Aila30, que denuncian la situación de la población refugiada.
En el acto, el alcalde, Eneko Goia, se mostró agradecido con las personas que han acogido a los niños en este tiempo y recordó que “estas iniciativas no son posibles sin la participación ciudadana”. - A.L.R.