donostia - Su primo, el conocido comunicador Iñaki López, le ha pedido ya una entrevista?

-No. Supongo que ya me la pedirá. Sí, es primo de mi mujer. Y el pasado lunes emitieron el programa Ocho apellidos vascos centrado en él. Como su padre ya murió, la que contaba la historia de sus antepasados era mi suegra. Mi mujer e Iñaki son primos, de Portugalete. Iñaki me suele llamar con humor “mi primo político”.

¿Cómo conoció a su mujer?

- Ella era del PNV y scout y participaba en el Consejo de la Juventud de Euskadi, del que llegó a ser presidenta, y yo participaba en el mismo organismo como representante de EGI.

Aunque reside desde hace unos años en Aia ha dicho que está buscando casa en Donostia. ¿Ha sido una revolución en su familia?

-Yo he dicho que vendré a Donostia y parece que se ha convertido en algo esencial, pero no hay que sacar las cosas de contexto. La dedicación como alcalde exige adoptar decisiones que me afectan a mí y a más personas. La materialización de eso tendrá su recorrido porque hay niños. Si yo no vivo ahora en San Sebastián también es por unos motivos relacionados con el precio de la vivienda. Hay que tomar las decisiones bien y eso lleva su tiempo.

¿Cómo ha acogido su familia que haya sido elegido alcalde?

-Depende qué parte de la familia. Si nos referimos a mis padres, es un motivo de orgullo. Mi familia más cercana lo ve con algo de preocupación por las repercusiones negativas en la vida familiar. Tengo tres hijos pequeños. En mi caso existe un reparto de tareas real y me imagino que se va a resentir. Los niños han sufrido mucho en la campaña; es algo que se nota. La hija mayor, que es más consciente, no está precisamente encantada.

-Cuando estuvo en la Diputación no era muy reconocido por la calle, pero ahora sí. ¿Tiene miedo a perder la intimidad?

-Cuando era diputado no tenía nada que ver. Cuando entré en el Ayuntamiento cambió. Ser concejal de la oposición era más popular que ser portavoz de la Diputación. En la campaña y la precampaña ha habido mucha evolución, sobre todo desde que las encuestas empezaron a darnos posibilidades de ganar.

Es del barrio de Amara. ¿A qué ikastola fue?

-Primero a Ikasbide y después al Lizeo Barandiaran. Mi padre fue uno de los fundadores de ambos. Hice los cinco cursos de Derecho en la facultad de Ibaeta y después, un sexto de diplomatura de derecho comunitario europeo en la Universidad de Deusto, a donde me desplazaba todos los días.

Lee en inglés, ¿también lo habla?

-No tengo un nivel buenísimo, pero bueno, tengo un nivel de comprensión aceptable y procuro leer de vez en cuando para no perder.

¿Es el primero de su familia en dedicarse a la política?

-Mi padre tuvo implicación política en su juventud. Perteneció a las juventudes del PNV hacia 1950. Luego lo dejó. Su implicación se ha dirigido más a las ikastolas y al mundo del euskera. Siempre ha sido muy activo. Tanto el aita como la ama acudirán al Pleno de investidura.

¿Es deportista?

-No mucho. Lo que me gusta mucho es andar. No tengo ningún problema, monte o calle.

¿Otras aficiones?

-Además de viajar, que le gusta a todo el mundo, soy muy melómano. Me gusta todo tipo de música. Desde clásica a determinadas zarzuelas y pasodobles, Benito Lertxundi y Mikel Laboa.

¿Va a redecorar su despacho?

-Me parece lo menos trascendente. Izagirre lo cambió cuando entró porque estaba mal y necesitaba una mano de pintura, pero ahora está bien.