Durante años, los vecinos del entorno han utilizado esa parcela para poder entrar y salir con facilidad del lugar, pero los residentes de Larrotxene Berri, tras unas obras de acondicionamiento de la plazuela, decidieron vallarla, lo que ha provocado el conflicto. “Se hicieron obras y estaba lleno de cemento. Entonces se puso el vallado por primera vez, para que no se entrase mientras se secaba. Pero ahora está seco y no lo quitan”, se queja una vecina de las villas.

Los residentes en Villa Amalia y Villa Rosa, tras dialogar con los propietarios del terreno para que retirasen las vallas y comprobar su negativa, han acudido en varias ocasiones al Ayuntamiento en busca de soluciones. “Hemos recuperado unas escrituras donde pone que el terreno tiene que estar abierto para todos los vehículos municipales”, aseguran. “Y en el Ayuntamiento nos dijeron que no tenían ningún permiso para cerrar”, añaden.

“La situación actual es muy tensa, hasta tal punto que han empezado a darse faltas de respeto”, aseguran algunos, que piden una solución rápida ya que quieren evitar posibles problemas por la limitación de acceso a la zona. “Las ambulancias y bomberos no pueden pasar”, afirman.

Tras varios meses intentando solucionar el problema, los contrarios al vallado han decidido llamar a la Guardia Municipal en varias ocasiones, pero aseguran que “no sirve de nada”. Los vecinos de Larrotxene Berri, por su parte, recalcan que el Ayuntamiento les dio permiso para cerrar su terreno, con la condición de que se dejara un espacio para maniobrar. “Ahora hemos vallado la plaza, pero solo una parte”, confiesa uno de los propietarios. “Hay parkings privados y hay sitio para maniobrar, lo único que no se puede es aparcar ahí”, recalca.

Este propietario añade que no son ellos los que limitan el acceso al barrio sino sus vecinos, ya que “ocupan uno de los carriles de subida al barrio aparcando los coches ahí”. La situación cada vez es más tensa y solo coinciden en que esperan llegar a una solución.