"El primer año es trabajar para pagar, pero estamos contentos"

En este caso, como en otros, el azar favoreció que esta pareja, que reside en la Parte Vieja, se lanzara a llevar una pequeña cafetería situada en la esquina de las calles Mayor y Fermín Calbetón, en un barrio repleto de locales de hostelería. "Un vecino nos dijo que las personas que gestionaban este café lo iban a dejar y que era ideal para nosotros dos; lo analizamos y nos metimos en ello", recuerda Quintana, que no tenía experiencia en hostelería a diferencia de Subijana, que había trabajado en distintos establecimientos del gremio y conocía los entresijos del negocio.

De cualquier modo, tal y como recalcan ambos, han tenido que esforzarse para hacerse un hueco en un espacio en el que la competencia es muy fuerte. Con los cafés a un euro y levantando la persiana a las 6.30 de la mañana han conseguido atraer a un sector de clientela, que les está permitiendo afrontar los pagos que tienen que abonar tras la apertura. "Estamos muy agradecidos a todos los trabajadores de las obras, que siempre vienen por aquí", confiesa Quintana.

Esta pareja de hosteleros abrió con su propio esfuerzo, sin subvenciones ni ayudas públicas. Sin embargo, ahora que han visto que entre los dos no dan abasto, han contratado a un persona, para lo que han contado con la ayuda de Fomento de San Sebastián y su Plan de Estímulo del Empleo.

Aunque el próximo mes de marzo su negocio cumplirá un año de vida, no tienen previsto organizar celebraciones. "No tenemos pensado nada, queremos seguir trabajando y cuando pase el verano, ya veremos si podemos hacer algo", dice Aitor Subijana, que recuerda su filosofía para el díficil sector de la hostelería. "Lo más importante es tratar bien al cliente y que esté a gusto, que a veces parece que te deben algo en algunos bares", recalca. - C.A.