Donostia. La Kutxa decidirá hoy su respuesta a la petición formulada por el Kursaal, que ha pedido permiso a la entidad de ahorro para llevar a cabo una conexión subterránea que permitiría ampliar el número asistentes a los congresos del palacio donostiarra. En los últimos tiempos, Kutxa, propietaria de la sala Kubo, bajo la que se ejecutarían las obras, ha puesto objeciones a estos trabajos. Se desconoce si las pegas son un escollo insalvable o un problema subsanable.
El alcalde, Juan Karlos Izagirre, destacó ayer en un comunicado la importancia que "la obra para comunicar los dos cubos del Kursaal tendría para la ciudad, ya que permitiría acoger nuevos congresos de grandes dimensiones". El mandatario donostiarra aseguró que la operación "no supondría ningún gasto para Kutxa" y que se sufragaría con fondos del Ayuntamiento, Diputación y Fundación Kursaal". Añadió que "nadie entendería que una obra que es buena para la ciudad, para el territorio y para todos y todas" no se hiciera.
Izagirre subrayó la necesidad de atraer congresos de grandes dimensiones, lo que obliga a ofrecerles espacios mayores que los actuales. Aseguró que "con la ampliación y una buena coordinación con las actividades de la sala Kubo, es perfectamente posible".