Donostia. Parece que lo único en lo que están de acuerdo las distintas formaciones políticas que conforman el Ayuntamiento de Donostia es que la situación generada con respecto a la futura estación de autobuses -tema del que se lleva hablando 20 años- no se puede prolongar.
Después de que el martes el alcalde, Juan Karlos Izagirre, acusara al concejal socialista Ernesto Gasco de "chantajear" al Consistorio con esta infraestructura, las reacciones de la oposición no se han hecho esperar. El PSE-EE, que ya contestó el mismo martes diciendo que el primer edil es "un incompetente", volvió ayer a subrayar esta idea.
Además, el PNV reclamó "sensatez política" y que se mire "por los intereses de Donostia", ante una polémica que "solo ha conseguido que tengamos la estación de autobuses en el aire".
Sin embargo, en la jornada de ayer fue el Partido Popular quien fue un poco más allá sobre esta cuestión al afirmar que el apoyo que esta agrupación brindó al Gobierno municipal para ubicar la estación en Riberas de Loiola tiene condiciones. La primera, la intermodalidad y, la segunda, la inmediatez. "Nuestro apoyo a Bildu está ligado a que se construya el metro y si no se respalda la pasante y antes de final de año no hay un proyecto claro nos veremos obligados a retirar el apoyo y proponer que la estación se construya en Atotxa, muy a nuestro pesar". "No podemos permitir que esto se alargue y que en 2016 no haya estación", señaló el concejal Ramón Gómez.
Según aseguró, el PP "no va a entrar en el juego de acusaciones y descalificaciones porque llevamos 20 años dándole vueltas a esto y ya está bien". "Nuestra responsabilidad es buscar la mejor ubicación para la estación en Donostia y no vamos a permitir que haya una bronca constante", añadió.
Gómez defendió que no es "indispensable" que el Tren de Alta Velocidad (TAV) pare en Riberas, ya que lo "importante" es la intermodalidad que aportan Renfe (Cercanías), el largo recorrido y el metro.
Respecto a las cuestiones técnicas, el concejal informó de que ha pedido al alcalde que convoque una reunión entre todos los técnicos. "No vale que los políticos discutan sobre aspectos técnicos; yo no soy ingeniero y lo que necesitamos es que entre todos digan algo de forma clara", apuntó. Gómez también criticó "el juego" de Gasco. "No vale -continuó- ponerse el traje de viceconsejero para fastidiar al alcalde. Y algunos no solo están jugando a viceconsejero o portavoz, también a ingenieros, arquitectos e incluso a conductores de ferrocarril".
"Obstáculo de nada" Minutos más tarde Gasco compareció ante la prensa para asegurar que Izagirre "no tiene ni talante, ni actitud, ni conocimiento de los grandes proyectos estratégicos de la ciudad". En palabras del edil socialista, "el alcalde "odia el metro y olvida que es un proyecto respaldado por la mayoría del Pleno, e incluso en la legislatura pasada por algunos con quienes comparten ahora sigla y gobierno".
No obstante, insistió en que no se han "cerrado en banda" y dijo que no van a ser "obstáculo de nada" si les convencen con "argumentos técnicos". "Bildu no ha solicitado reunión alguna con el Gobierno Vasco. Ese es su nivel de responsabilidad", apostilló Gasco.
Por su parte, desde el PNV indicaron que han constatado "los peores temores" que albergaban cuando Bildu y el PP "decidieron volver a poner en entredicho la ubicación de la estación". "En unas pocas semanas, hemos visto cómo Bildu, PP y PSE-EE se han enzarzado en una infructuosa maraña de informes, reuniones, discusiones públicas y privadas, ofertas y contraofertas. Todo esto no hace más que provocar el desconcierto y la desconfianza de los donostiarras en torno a un proyecto que ya arrastraba un cierto estigma tras 20 años de espera y cambios continuos", remarcó Eneko Goia.
En su opinión, "no es serio continuar con esta indefinición. Hace dos meses se aprobó una moción a favor de la estación de Atotxa con el apoyo de los tres grupos de la oposición, incluido el PP que sigue sin explicar la pirueta que ha protagonizado y que es la que ha dado pie a toda esta situación", dijo el concejal.