Donostia. Un grupo de representantes de los vecinos y entidades sociales de Añorga se reunieron el pasado lunes con la concejala de Obras y Proyectos, Duñike Agirrezabalaga, para exponer sus preferencias y necesidades respecto a los dos proyectos que baraja ese departamento para definir la actuación que finalmente se llevará a cabo con el fin de bulevarizar el entorno de la actual carretera N-I a su paso por el barrio.
En el encuentro, que transcurrió en un "buen clima", según relató la edil, los vecinos expresaron su preocupación por que el diseño del estrechamiento de la carretera (a la altura del puente del ferrocarril), los accesos a Añorga y los cruces de las distintas vías que lo atraviesan sean cómodos y seguros para los peatones y ciclistas.
En este sentido, solicitaron que se creen buenas conexiones ciclistas en la zona, donde confluyen la red foral de bidegorris y la municipal.
Asimismo, reivindicaron la continuidad del carril-bici desde Añorga hasta Errotaburu (en Ibaeta), aunque las características de este tramo tendrán que diseñarse de acuerdo con la Diputación de Gipuzkoa, aclaró Agirrezabalaga.
La intervención comenzará en la rotonda situada frente a Arzak Enea a finales de este año, avanzó la concejala, aunque antes habrá que concretar el resto del plan de acuerdo con la Diputación, y también con el Gobierno Vasco, por las afecciones de la futura parada del topo de EuskoTren proyectada en ese entorno; y con la Agencia Vasca del Agua (URA), encargada de las obras de encauzamiento del riachuelo que discurre por el barrio. La edil informó, además, de que las aceras tendrán dos metros de anchura y habrá vegetación entre las dos vías de la carretera, de doble sentido.
Los técnicos municipales de Proyectos y Obras deben decidir ahora cuál será el proyecto que se encargará y que incorporará las aportaciones de los vecinos.