En sus casi 100 años de historia, la Caseta Real de Baños del paseo de La Concha -el edificio más cercano al túnel que conecta con El Antiguo-, ha vivido diferentes realidades. Fue construido exclusivamente para uso de la familia del rey Alfonso XIII, cuando ésta acudía a bañarse a la playa de La Concha cada verano. Las obras se iniciaron a finales de 1910 y se culminaron el 7 de diciembre de 1911.
Desde entonces, salvo constantes y pequeños arreglos en el interior, el edificio sólo ha sufrido una rehabilitación integral: en 1984. Esta misma semana, una empresa especializada ha iniciado las labores de restauración científica del exterior de esta joya arquitectónica -está catalogada con el grado máximo de protección- diseñada por Ramón Cortázar en 1910 y que lleva albergando a la Federación Guipuzcoana de Piragüismo desde 1993.
Antes pasaron por allí el club deportivo Eguzki, la Cruz Roja y unas oficinas de la propia Diputación, propietaria del edificio tras una cesión gratuita y perpetua de suelo por parte del Gobierno central, en 1910. Las obras, que costarán alrededor de 60.000 euros, se alargarán durante dos meses y las asume la propia Diputación de Gipuzkoa. Los piragüistas y cursillistas podrán hacer uso de este edificio real para mayo.
Desde la reforma integral de 1984 fue habilitada para usos vinculados a deportes náuticos y en la actualidad, según afirman desde la Diputación, requiere de varias actuaciones más que también se trasladarán al interior y se retomarán, posiblemente, a finales de año. El año pasado también se actuó en la planta baja y los sótanos.
Según reza el proyecto original redactado el 30 de agosto de 1910 por Ramón Cortázar -creador del Ensanche donostiarra-, la construcción de la caseta se hizo para atajar los enormes gastos de mantenimiento y reparación de la caseta de baños de madera que la casa real llevaba empleando desde 1894. Habían costado ya la friolera de 96.000 pesetas en 17 años.
El arquitecto de la Diputación diseñó un edificio "permanente, de sólidos materiales y decoroso aspecto, tal como exigían las Reales Personas a quienes se dedicaba y el obligado emplazamiento". El presupuesto ascendía a 84.054,75 pesetas.
su coste total fue de 95.454 pesetas
"Caliza de Motrico y mármol navarro de Saldías"
El 21 de septiembre de 1910, la Diputación aprobó el proyecto presentado por su arquitecto y el 28 de octubre se solicitó al Gobierno el necesario permiso para ocupar el terreno conveniente en la playa de La Concha. La concesión fue hecha de por vida.
La Caseta Real de Baños tiene una superficie de 233,39 metros cuadrados repartidos en tres plantas, incluyendo los sótanos. El proyecto refleja que "tiene cimientos de mampostería y hormigón hidráulico; de caliza de Motrico hasta el remate de la terraza en planta baja y está construida con mármol navarro de Saldías".
El coste total fue de 95.454,40 pesetas, incluyendo el mobiliario y todos los accesorios de tocados, higiene y escritorio y sumada, también, una reposición del cableado eléctrico subterráneo que hubo que reparar en 1915.
La Caseta de Baños Real fue construida tratando de que en la rasante del paseo tuviera poca altura, a fin de no restar visibilidad a las construcciones que dan frente al mar. En aquel tiempo, se valoró el terreno en 46.678 pesetas y la construcción en 112.768,96: un total de 159.446,96 pesetas. Ni 960 euros.