Donostia. El alcalde de Donostia, Odón Elorza, mostró ayer su intención de rebajar el canon de suelo público destinado a la construcción de viviendas de precio libre con el objetivo de que su costo "se reduzca un 20%" para los compradores y, así, "mover el mercado y dinamizar" la compraventa de pisos.
El anuncio lo realizó en la rueda de prensa en la que informó sobre la reunión que mantuvo un día antes con los afectados por la operación urbanística de San Bartomolé y en la que terminó hablando en términos más generales. Y es que, según expresó el corporativo socialista, la vivienda de precio libre en la ciudad "está por las nubes y no se pueden mantener así durante mucho tiempo".
Por este motivo, explicó que ha trasladado al concejal donostiarra de Urbanismo, Jorge Letamendía, su intención de rebajar un 20% el canon de suelo público destinado a la construcción de viviendas de precio libre "sin que repercuta en el beneficio para el constructor o promotora inmobilaria", y con el objetivo de que la medida "se traduzca en la reducción del precio" para los adjudicatarios.
"No se pueden mantener los precios de vivienda libre en Donostia como llevan los últimos años; hay que bajarlos para que el mercado se mueva", aseguró. A su juicio, "no hay otra solución" para reactivar el sector en la ciudad "que no pase" por rebajar el coste del suelo público y, en consecuencia, de la vivienda.
En este sentido, admitió que el gobierno municipal "no puede forzar" a constructoras y promotoras privadas a rebajar el coste del metros cuadrado, pero reiteró que la parcela que el Ayuntamiento saque a concurso con una reducción del canon "se tendrá que traducir en la reducción del precio" de la vivienda.
De esta manera, el alcalde no adelantó ningún proyecto urbanístico en el que podría aplicarse iniciativa, y se limitó a afirmar que "el principio está anunciado" y que el departamento de Urbanismo decidirá "dónde y cuándo se aplicará".
Finalmente, animó a los promotores privados y entidades bancarias "que se están haciendo con paquetes de viviendas" a no ralentizar la construcción y establecer "unos precios que se adecuen a la realidad del mercado actual", pese a "no ser una cuestión que preocupe al 85% de la población donostiarra porque su nivel de renta no alcanza a una vivienda libre", pero "sí a una de segunda mano" o en zonas periféricas de la ciudad.