Donostia. El club Biyona, ubicado en la avenida de Buenavista 16 de Donostia, permanece precintado por la Guardia Municipal desde los días previos a la festividad de Navidad, según confirmó ayer a NOTICIAS DE GIPUZKOA un vecino de la zona, que aseguró estar "encantado" con la actuación municipal.
Como informó este diario el pasado sábado, el Ayuntamiento donostiarra había ordenado al bar de alterne Biyona que cerrase las habitaciones ubicadas en la planta baja y en el sótano, ya que carecían de cualquier tipo de permiso o autorización. Según la resolución municipal -que rechazaba las peticiones del propietario del local para legalizar los dormitorios-, los reservados debían ser clausurados y, en caso contrario, podría ser revocada la licencia de hostelería que posee el local desde 1988.
La orden fue remitida en noviembre al propietario del local y, un mes después, los agentes comprobaron que la clausura inmediata de las habitaciones no se había producido, por lo que precintó el local.
La actuación municipal llegó tras las numerosas quejas remitidas por distintos vecinos del barrio, que denunciaban las molestias generadas en los alrededores del club, donde, según sostienen algunos residentes, las peleas, riñas, tumultos y problemas en los portales y en los coches eran moneda corriente, especialmente a altas horas de la madrugada.
Los residentes, que han preferido mantenerse en el anonimato en todo momento, reclamaron al Consistorio que redujera el horario del local -un bar de categoría 3, como las discotecas, que puede abrir hasta las 5.30 horas en verano- o, en su defecto, que controlase el cumplimiento del horario de cierre, algo que no se producía, según sus quejas.
Fuentes municipales manifestaron ayer a este diario que, antes de Navidades, la Guardia Municipal giró una visita al local y que el precinto fue ordenado por "incumplimiento de la orden dada". Sin embargo, no informaron de las características del cierre, aunque podría ser de carácter temporal. Por su parte, el propietario del local también prefirió guardar silencio sobre la situación.
"Como la loteria" Los vecinos del entorno de Buenavista llevan más de seis años peleando con las administraciones públicas con el fin de conseguir que la presencia del local de alterne no afecte a la vida ciudadana de los alrededores.
Según uno de los residentes, el cierre decretado por el Ayuntamiento "es como si nos hubiera tocado la lotería". Asimismo, agrega: "No pedíamos tanto, sólo que se controlasen los horarios y se evitasen los problemas en el exterior del local, pero el cierre es aún mejor". El vecino añade: "No es una cuestión moralista, porque no tenemos nada contra las mujeres que trabajan allí, pero sí contra los follones que se generan en el entorno".
Aunque el departamento de Medio Ambiente ha tomado cartas en el asunto recientemente, el problema llegó por distintas vías tanto al Gobierno Vasco como al Ayuntamiento en los últimos tiempos. De hecho, el grupo municipal de EA en Donostia presentó sendas preguntas al respecto tanto el pasado año como el anterior, tras recibir quejas vecinales en su despacho.