¿Es verdad que los donostiarras están orgullosos de su ciudad? Generalmente, sí. La gran mayoría de las personas encuestadas por este diario en el barrio de El Antiguo lo corrobora. Términos como "bonito, precioso y maravilloso" se repiten una y otra vez al hablar de la capital de Gipuzkoa, pero sus habitantes no pierden el sentido crítico y creen que "Donostia es la ciudad más cara del Estado".
Para Nuria Andreu, una pensionista residente en El Antiguo, San Sebastián es "maravillosa, pero todo lo que tiene de preciosa, lo tiene de cara". La mujer se traslada con frecuencia a Madrid para visitar a sus hijas y esos viajes, según comenta, le han servido para darse cuenta de "lo caros que están los precios en San Sebastián".
Las declaraciones de María Eugenia Hernández van en la misma dirección: "Esto se parece cada vez más a una ciudad de Francia porque a las 21.00 horas ya casi no hay movimiento en las calles, ya que la gente no puede permitirse el lujo de ir de bares". Hernández no piensa que esta realidad se deba a la crisis económica, "sino que viene de años atrás motivada por el precio de los impuestos y el coste de las casas". Aun así, esta donostiarra cree que Donostia es "una ciudad maravillosa y tranquila en la que todavía se puede ir por la calle sin estar mirando constantemente el bolso".
Ante todo, una ciudad bonita
Un lugar seguro
Aparte de las seguridad, otro de los aspectos que más valoran los donostiarras es la belleza de su lugar de residencia porque, tal y como explica Miguel Yurramendi, "aquí están las mejores playas, los mejores pintxos y las mejores mujeres". Urnietarra de nacimiento, este octogenario vive actualmente en la plaza José María Sert, donde confiesa sentirse "encantado". Su única queja, continúa, es el nivel de vida de la ciudad "porque todo está muy caro".
Nieves, una de las trabajadoras del estanco de la plaza José María Sert, se describe a sí misma "como nueva donostiarra", aunque el orgullo que siente por la ciudad, comenta, "es igual que el de los demás porque es un sitio genial". Comparando la capital de Gipuzkoa con Vitoria, su ciudad natal, "hay muchas ventajas, por lo que el balance es muy positivo".
Naroa Azurza y Eva Fernández también tienen "el orgullo donostiarra muy subido", pero no dudan en lanzar algunas críticas. La primera hace referencia al estado que presenta la zona en la que vive, Herrera, ya que desde su punto de vista "está abandonado de la mano de Dios". Por eso, dice, "Donostia está bien para la gente que vive en el centro, pero no tan bien para los de la periferia".
Su compañera de trabajo también pide mejoras para su barrio: "El Antiguo está muy bien, pero faltan actividades para niños". "Puestos a pedir", dice la egiatarra Marisa Irastorza, "yo pido que se mejoren las carreteras porque la ciudad ha empeorado mucho desde que han estrechado varias calles como Virgen del Carmen".
Ahí quedan las quejas con la esperanza de que sirvan para mejorar la ciudad, aunque la mayoría de los encuestados opina que "en términos globales, esta ciudad es una maravilla". Parece que el estudio de Mercociudad no andaba descarrilado.