LIVERPOOL Alisson; Robertson, Kabak (Jota, m.60), Phillips, Alexander-Arnold; Milner (Thiago, m.60), Fabinho y Wijnaldum; Salah, Mané (Oxlade-Chamberlain, m.82) y Firmino (Shaqiri, m.82).

REAL MADRID Courtois; Mendy, Militao, Nacho, Valverde; Casemiro, Kroos (Odriozola, m.72), Modric; Asensio (Isco, m.82), Benzema y Vinicius (Rodrygo, m.72).

Árbitro Bjorn Kuipers (NED). Amonestó a Robertson (m.25) y Phillips (m.59), por parte de los locales; y a Casemiro (m.25), por los visitantes.

Estadio Anfield. Se guardó un minuto de silencio por el 32 aniversario de la tragedia de Hillsborough.

- Renunció a todo el Real Madrid en Anfield. Al ataque, al gol, a matar la eliminatoria. A todo, menos al tesoro más preciado, la clasificación para unas semifinales que lo devuelven al camino de la gloria europea con el sufrimiento de una noche de perros ante el Liverpool en la que hizo bueno el 3-1 de la ida.

Comiéndose a los blancos, con hasta cuatro y cinco jugadores presionando la salida de balón, el Liverpool maniató durante diez minutos en los que Courtois sacó un mano a mano a Salah y una palomita a mano cambiada a Milner desde la frontal.

El belga sostenía al equipo mientras el Real Madrid se contentaba con oler la pelota. A lo único que no renunciaba era a las transiciones ofensivas tras pérdida, y en una de esas Benzema, con dos recortes sobre Phillips en los que mareó al central, se encontró con el palo.

Una vez más, como en el clásico ante el Barcelona, la madera rechazaba al Real Madrid, que se iba al descanso con un valioso 0-0 después de ver cómo Wijnaldum erraba una ocasión en la que, como si de un penalti con bote se tratara, envió la pelota al cercano Goodison Park.

El paso por vestuarios no cambió el plan del Real Madrid. Solo las carreras aisladas de Vinicius desahogaban a un Real Madrid acogotado, incapaz de mostrar la superioridad que se vio en Valdebebas. La hoja de ruta era resistir y los de Zinedine Zidane vivían cada minuto con el corazón en un puño, como si cada jugada fuera la última y el Liverpool estuviera a solo un gol de la clasificación.

Diogo Jota, Salah, Robertson, Alexander-Arnold..., todos rozaron el batir a Courtois. Todos sin acierto. Mientras Jurgen Klopp agachaba la cabeza en la banda, a sabiendas de que con público esto podría haber sido otra cosa. Zidane se echaba las manos a los bolsillos y asistía tranquilo al funcionamiento del plan.

El Liverpool murió volcado. El Real Madrid vivió encerrado, pero vivió y volverá a unas semifinales por primera vez desde 2018.