Munuera Montero amonestó únicamente al eibartarra Arbilla en el minuto 43.

0-1, m. 6: Benzema. 0-2, m. 13: Modric. 1-2, m. 28: Kike García. 1-3, m. 93: Lucas Vázquez.

8. Kroos

13. Lunin; 26. Altube; 3. Militao; 11. Asensio (m. 72); 12. Marcelo; 15. Valverde (m. 72); 18. Jovic; 19. Odriozola; 21. Odegaard y 24. Marcelo.

3. Bigas

Estadio Ipurua. Sin espectadores.

Árbitro Munuera Montero (Colegio Andaluz).

13. Yoel; 6. Sergio Álvarez (m. 82); 11. Rafa Soares; 16. Olabe; 18, Recio; 21. Pedro León (m. 72); 29. Dufur y 32. Unai Arieta (m. 83).

Real Madrid

Eibar

1-3

Partido de la décimo cuarta jornada de liga disputado en Ipurua sin la presencia de espectadores en la grada.

Encajar una derrota frente al Real Madrid entra dentro de la lógica de esta liga, pero caer frente a los blancos como lo hizo ayer el Eibar dejó un sabor muy amargo en las filas armeras. Y es que el conjunto azulgrana plantó cara a los blancos durante casi todo el partido. Los de Mendilibar pagaron el peaje de encajar dos tantos en los primeros compases del choque, con los madridistas jugando sin duda sus mejores minutos de esta temporada. Después, Kike García recortó distancias y el Eibar acumuló méritos para empatar. Incluso Pedro Bigas tuvo en sus botas el empate en los minutos finales del choque, pero el central falló su ocasión y de la posible igualada se pasó al 1-3. Y, antes, una polémica mano de Ramos en el área de Courtois pudo haber sido penalti.

Modric se erigió en el director de orquesta de un Madrid que jugó unos excelentes veinte primeros minutos. El mago balcánico sacó a relucir todos sus recursos y bajo su batuta el equipo blanco consiguió, a base de una precisión exquisita, alejar la presión asfixiante que propuso José Luis Mendilibar. Una y otra vez superó las líneas del Eibar y no tardó en adelantarse con dos goles en el marcador.

Primero, con un tanto de Benzema. Modric inició la jugada del gol con un pase con el exterior al brasileño Rodrygo Goes. El sustituto de Vinícius Júnior, única novedad del once de Zidane, se inventó un pase por encima de Bigas que amansó el delantero francés para batir a Dmitrovic.

Y, segundo, con el premio justo para Modric, que finalizó una jugada coral con un remate desde el borde del área para firmar el 0-2 a los trece minutos. El Eibar, noqueado por su rival, aún pudo recibir el tercero, pero Benzema no acertó con un cabezazo clarísimo tras un pase, cómo no, del jugador croata.

El equipo de Mendilibar se salvó de una derrota asegurada con el error de Benzema. Su fallo dio aire al Eibar, que insistió en su presión con cabezonería hasta conseguir anular al cuadro madridista. Empezó a recuperar balones cerca del área de Thibaut Courtois y entre la velocidad y verticalidad de Bryan Gil y la insistencia de Kike García, se metió en el partido.

Lo hizo gracias al robusto delantero del Eibar. Una pérdida de Lucas Vázquez acabó con el balón en sus pies y recortó distancias con un zapatazo espectacular desde fuera del área que acabó en una escuadra de la portería de Courtois.

El resto de la primera parte fue una oda al fútbol, con multitud de ocasiones en las que pudieron marcar el japonés Yoshinori Muto tras una internada de Bryan Gil, Lucas Vázquez con un disparo que salvó bajo los palos Pedro Bigas e incluso Benzema, a quien anularon un golazo por un fuera de juego milimétrico.

La guerra no terminó en la segunda parte. El toma y daca fue constante, con el Real Madrid agobiado por la insistente presión del Eibar aunque con momentos de inspiración para sacar contragolpes. El 2-2 o el 1-3 se olfateaban en el ambiente. No había tiempo para respirar y sí para los errores, como el de Sergio Ramos en una mala entrega que no aprovechó Inui, o para los aciertos, como el de Dmitrovic, que salvó un mano a mano ante Rodrygo.

Con Modric en retroceso, Zidane sacó al croata por el uruguayo Fede Valverde para buscar un oxígeno que ya no podía ofrecerle el balcánico. Para entonces, Toni Kroos ya había agarrado el timón y con el charrúa en el campo esperaba más recorrido por todo el campo.

Sin embargo, lució el cansancio general, que en el último cuarto de hora provocó muchas imprecisiones en ambos bandos. Predominó el bombardeo del Eibar sobre área blanca y el aguante del Real Madrid fue consistente hasta el final, hasta que Lucas Vázquez, sobre la bocina, definió en un contragolpe para decidir un encuentro que dejó en el Eibar la sensación de haber merecido algo más.

El árbitro no pitó un posible penalti de Sergio Ramos cuando el marcador señalaba un 1-2 para el conjunto blanco