La Clásica de San Sebastián, que tendrá lugar el 31 de julio mantendrá un recorrido exigente, pese a recortarse en dos kilómetros, al presentar 6 puertos de montaña, lo que anuncia como favoritos a los corredores que lleguen con un buen golpe de pedal de la ronda gala.

La prueba ciclista que recorre Gipuzkoa y termina en Donostia busca un sucesor, tras su cancelación por la crisis sanitaria en 2020, al vencedor de 2019 Remco Evenepoel, último ganador de esta prestigiosa prueba categoría World Tour, la máxima en el ciclismo internacional.

El recorrido se ha hecho oficial este lunes, cuando la organización ha desvelado que, a pesar de que se liman 2 kilómetros con respecto a la última edición del tramo final, entre la localidad de Orio y la capital guipuzcoana, la prueba mantiene el exigente final que volverá a hacer la criba habitual de años anteriores.

La carrera ha integrado 6 puertos de montaña, dos de tercera categoría, otro de primera (Erlaitz) y tres de segunda categoría, el último de ellos en las rampas de Murgil, cota corta pero con rampas muy exigentes para los corredores.

"Esta edición se diferencia de la última en que solo se hará un paso por Murgil y pierde un puerto puntuable. Las condiciones de la carretera de la bajada a Orio desde Igeldo ha impedido que la carrera transcurra ahí por seguridad", subrayó el responsable Julian Eraso en la presentación.

La edición de este año repite con los dos esprint intermedios que estarán localizados en Hondarribia y en el primer paso por la línea de meta en el Boulevard de Donostia.