- Después de varios minutos de intriga y emoción por lo ajustado del desenlace final, el belga Wout Van Aert (Jumbo Visma) se adjudicó al esprint y ante el británico Thomas Pidcock (Ineos) la 55ª edición de la Amstel Gold Race, disputada entre Valkenburg y Berg en Terblijt, con un recorrido de 218 kilómetros. Decidió la foto finish, y aún así, viendo la imagen, los jueces tuvieron que darse tiempo para proclamar como vencedor a Van Aert, devolviendo a Pidcock la derrota que le infligió el joven británico por escaso margen también, el pasado miércoles en la Flecha Brabanzona.

En su segunda participación en la Amstel, Van Aert (Herentals, 26 años), logró un triunfo importante que puede unir esta temporada a la Gante-Wevelgem y las dos etapas de la Tirreno-Adriático. Se impuso, sin levantar los brazos, con un tiempo de 5h00:27. Pidcock, enorme pese a su juventud, se conformó con el segundo puesto, y el alemán Maximilian Schachmann (Bora Hansgrohe) fue tercero. El grupo perseguidor entró a dos segundos encabezado por Michael Matthews, Alejandro Valverde y el campeón del mundo, Julian Alaphilippe. El esloveno Primoz Roglic, víctima de un pinchazo, no disputó la victoria.

La carrera deja para la posteridad una de las llegadas más milimétricas que se recuerdan. A 150 metros de la pancarta se lanzó Van Aert, a tope, convencido que podía ser otro día de gloria. Pidcock reaccionó, se puso a su altura, como hace unos días en la Flecha Brabanzona, y ambos entraron a la vez. ¿Quién ha sido el ganador?, se preguntaban ambos. Los jueces de fotografía tendrían la palabra. Cuestión de comprobar la foto finish. Por milímetros ganó Van Aert. Esta vez le tocó a él. Pidcock, ya una revelación de la temporada, puede esperar. Tiene 21 años, y mucho que decir.

"Ha sido un final muy ajustado. Acabo de conocer por el jurado que he sido el vencedor. Normalmente un esprint largo lo suelo resolver a mi favor, aunque lo lancé desde la peor posición posible, pero fue suficiente para ganar", señaló Van Aert. "Antes de los momentos decisivos entre Roglic y Jonas Vingegaard neutralizaron muchos ataques y fueron una lastima los problemas mecánicos de Primoz en el Cauberg", agregó.