pasaia - La temporada del Caja Rural ha comenzado esta semana.

-Hemos apostado por hacer una concentración larga, de casi cinco días, para sentar las bases de todo. Estamos aprovechando para hablar de los objetivos personales de cada ciclista y para enfocarlos todos desde un punto de vista colectivo, de cara al nuevo curso.

El grupo ha vivido una importante renovación. ¿Se trata también de hacer piña?

-Sí, obviamente. Contamos con una plantilla de 21 ciclistas entre los que solo hay once que ya estaban en el equipo el año pasado. Los otros diez son nuevos. Estamos completando actividades en ámbitos distintos al ciclista para fomentar la cohesión del grupo: escalada, pádel, remo?

También se han vivido cambios en el staff técnico, empezando por su incorporación.

-Trabajé en el Murias durante los cinco años del proyecto y es lógico que, ante experiencias así, uno se termine acostumbrando a todo. Luego llegan los cambios y estos siempre se hacen difíciles. Pero en el Caja Rural me lo están poniendo todo muy fácil. La acogida ha sido muy buena y estoy contento por ello.

¿Cómo se dio su fichaje?

-Me comprometí con el nuevo equipo en agosto. Por aquel entonces el Murias apenas tenía visos de continuidad. Así lo hablé con Jon Odriozola. Es cierto que después, en septiembre, renacieron las esperanzas. Pero finalmente el proyecto terminó desapareciendo. Fue una pena, porque estuve involucrado hasta el final. Incluso pedí al Caja Rural que me dejaran centrarme en la Vuelta a España. Y después, tras la última etapa en Madrid, empecé a trabajar ya en esta nueva andadura. Tenía claro que quería cambiar algunas cosas y estoy satisfecho porque vamos cumpliendo con todas las variaciones previstas en la preparación.

Hábleme del nuevo Caja Rural.

-Es un equipo joven. Con ciclistas muy buenos, ambiciosos y de gran futuro. El mayor de todos es Jon Aberasturi, que tiene 30 años. Cuando los chavales tengan el día bueno optarán a darnos agradables sorpresas. Pero su inexperiencia lo convierte todo en una incógnita. Arrancamos esperanzados y optimistas. Pero también con esa duda.

En el ciclismo moderno, lograr resultados pasa para equipos como el Caja Rural por contar con gente rápida.

-La invitación para la Vuelta a España va a estar complicada. Y lograrla nos va a exigir andar bien desde el principio. Tenemos ciclistas de mayor veteranía como Lastras o los sprinters Aberasturi y Malucelli que deberán asumir el peso del equipo de inicio. Pero estoy seguro de que, a partir de mayo, comenzarán a despuntar esos jóvenes de los que hablábamos ahora.

Le pregunto por los guipuzcoanos del equipo y comienzo por Jon Irisarri.

-Creo que se cayó siete veces durante la temporada pasada, lo que le impidió mostrar todo su potencial. En su etapa como sub-23 se vio que lo tiene. Y es un reto sacarlo a relucir ahora con los profesionales.

A Aritz Bagües le conoce bien.

-Llega desde el Murias, como yo. Con tanta juventud en el equipo, necesitas gente con experiencia que ponga el contrapeso a toda esa sensación de incertidumbre. Bagües es un ciclista fiable al cien por cien. A lo mejor no parte como favorito para ganar carreras, pero va a darnos mucha estabilidad.

El equipo amateur incorpora a Oier Ibarguren y a Mikel Mujika.

-Oier era un firme candidatos a pasar a profesionales si el Murias hubiese tenido continuidad. Dio un gran nivel como amateur la temporada pasada. Entiendo la filosofía del Caja Rural. El equipo de aficionados está para algo y no te puedes saltar ese paso. Pero tiene opciones de ganarse dar el salto en un futuro, igual que Mikel Mujika. Ficha por una estructura más potente como la nuestra, y también es candidato a subir a la elite.

Termino por la Vuelta a España. ¿Miran a todo lo que se cuece ya alrededor de las invitaciones?

-Al final, en este mundillo lo escuchas todo. Que si el Total Direct Énergie tiene la opción de renunciar, que si el equipo de Van der Poel podría correr? Pero, como ante estas cosas no podemos hacer nada, nos centramos en lo nuestro: ser protagonistas y hacer un buen papel desde el principio. Luego decidirá la organización de la Vuelta. Y habrá que ver qué apuestan hacen. Sería una gran pena para nosotros quedar fuera, porque somos un equipo que este mismo año ha pasado a profesionales a cinco ciclistas aficionados y al que se le complicaría mucho el futuro si no recibe la invitación.