REAL MADRID Llull (8), Causeur (5), Abalde (15), Deck (9) y Thompkins (8) -quinteto inicial- Carroll (0), Tyus (0), Laprovittola (0), Tavares (17), Reyes (2), Garuba (0) y Alocén (9).

BARCELONA Calathes (12), Higgins (20), Hanga (3), Mirotic (12) y Pustovyi (2) -quinteto inicial- Oriola (2), Abrines (8), Davies (10), Westermann (0), Bolmaro (0), Smits (13), y Kuric (6).

Parciales 11-20, 31-52 (descanso), 50-69, 73-88.

Árbitros Hierrezuelo, Peruga y Conde.

Incidencias Final de la Copa disputada a puerta cerrada en el WiZink Center de Madrid.

- El Barça activó ayer su modo apisonadora para adjudicarse la final de la Copa de la ACB ante un Real Madrid absolutamente superado de principio a fin que intentó tirar de orgullo en la segunda parte de manera infructuosa. Los de Sarunas Jasikevicius impusieron su superioridad física ante un rival muy lejos de su mejor versión en este aspecto del juego para dominar la final de cabo a rabo, dejarla sin ningún tipo de emoción y acabar adjudicándose el título por un contundente 73-88 impulsados por el partidazo de Cory Higgins, autor de 20 puntos y elegido mejor jugador del torneo. El torneo copero del estadounidense ha sido excelente, erigiéndose en el gran líder de la escuadra catalana en el camino hacia la gloria.

Los azulgranas, mucho más metidos en el encuentro desde el salto inicial, solo necesitaron un par de minutos para decantar el partido a su favor. Con un tempranero parcial de 0-10 y anotando sus 14 primeros puntos en la pintura, el Barça, con Nikola Mirotic y Rolands Smits especialmente dañinos, fabricaron un interesante marcador de 7-18 para no volver a mirar atrás. El primer acto se cerró con un 11-20 y los de Pablo Laso poniendo en escena un horrible 5 de 23 en tiros de campo. Entre Carlos Alocén y Trey Thompkins coquetearon con volver a equilibrar la balanza (16-23), pero el rodillo azulgrana no dejó lugar para la voltereta. Metiendo mil manos en defensa, buscando cada balón dividido como si el último del duelo se tratara, imponiendo su efusividad en la lucha por el rebote y anotando con solvencia desde todas las distancias, el 31-52 al descanso dejó todo prácticamente visto para sentencia, con los de Laso muy desdibujados, casi entregados, Sergio Llull y Jaycee Carroll con sus respectivos casilleros de puntos a cero y echando muchísimo de menos la capacidad defensiva de los ausentes Rudy Fernández y Jeffery Taylor. Demasiadas concesiones ante un rival que no tenía ni la más mínima intención de hacer prisioneros.

A vuelta de vestuarios, los renacidos Llull y Walter Tavares, insuperable en defensa en los únicos minutos de duda del rival, intentaron el más difícil todavía con el apoyo del joven Usman Garuba, tocado en lo físico pero esforzado hasta el límite en las tareas de retaguardia, torturando al encargado de dirigir los ataques azulgranas. El 50-63 abrió un pequeño hilo de esperanza, pero Nick Calathes abortó con sus asistencias con mira telescópica cualquier tipo de revolución para llegar a los diez minutos finales con un contundente 50-69. Los blancos intentaron jugarse un último cartucho de la mano de Alberto Abalde, pero su intentona final solo llegó hasta el 62-73. Higgins volvió a hacerse con el mando de las operaciones y el Barça ya tiene en sus manos el primer título de la era Jasikevicius. También el primero de Mirotic como jugador azulgrana.

Así, el equipo azulgrana acabó superando al Real Madrid en la tercera final de Copa en los últimos cuatro años, haciendo además que la maldición del anfitrión del evento se prolongue ya durante 19 años. Además de en el juego de Higgins, el Barça fundamentó su éxito en las aportaciones de Calathes (12 puntos y 9 asistencias) y un magnífico Smits (13 puntos) saliendo desde el banquillo. Por parte del Real Madrid, Tavares (17 puntos y 9 rebotes; 28 de valoración) tuvo el apoyo de Abalde y Alocén, pero echó de menos a dos estiletes ofensivos de primer nivel como Carroll (cero puntos tras fallar sus ocho tiros de campo) y Llull (3 de 13 y valoración negativa).