Las selecciones del hemisferio Sur, en este caso Argentina, Nueva Zelanda y Sudáfrica, han vuelto a confirmar su vigencia y poderío en el mundo del balón oval, tanto que tan solo han permitido el acceso de Inglaterra a las semifinales del Mundial después de unos cuartos tremendos en los que, al margen de determinadas cuestiones tácticas, resaltaron los espectaculares gestos defensivos de Matías Moroni y Jordie Barret para frustrar el sueño de Gales e Irlanda.

Tan solo en la edición de 2015 hubo pleno del Sur en las semifinales y en 1999 hubo una única selección norteña en el penúltimo escalón de una Copa del Mundo, en ese caso Francia. En el resto, al menos dos conjuntos europeos consiguieron superar los cuartos de final.

En esta oportunidad tan solo lo ha logrado Inglaterra, y no sin apuros. Le costó un mundo deshacerse de la imprevisible Fiyi en el Velódromo de Marsella. Tan solo el acierto a palos de Owen Farrell y los errores de los atractivos pero erráticos oceánicos le permitió al XV de la Rosa progresar con un agónico 30-24.

Se enfrentará en semifinales a la defensora del título, Sudáfrica, en la reedición de la última final mundialista, así como la de 2007. En ambas salieron triunfadores los Sprinboks, que en la presente edición pasaron la fase de grupos sin alardes y con derrota incluida ante Irlanda y asestaron un duro golpe en cuartos a la anfitriona Francia (28-29).

La otra semifinal la disputarán Argentina, la primera cronológicamente en lograr la clasificación al derrotar a País de Gales (29-17), y Nueva Zelanda, que frustró a la selección número uno del mundo, Irlanda (28-24), incapaz de superar el muro de cuartos una vez más.

En ambos casos, la resolución podía haber sido bien distinta de no haberse dado dos acciones defensivas determinantes para evitar los ensayos de galeses e irlandeses. Los protagonistas fueron Matías Moroni y Jordie Barrett. Los Pumas, que llegaban al encuentro rodeados de dudas y de incógnitas, confirmaron su carácter competitivo e irreductible ante Gales (17-29).

El acierto a palos de Emiliano Boffelli devolvió a Argentina al partido y una espectacular intercepción en forma de placaje con todo casi sobre la línea de anotación de Matías Moroni para impedir el ensayo de Louis Rees Zammit, rematado con un robo y la consiguiente marca de Nicolás Sánchez, significaron el triunfo de Argentina, que disputará las terceras semifinales de su historia tras las jugadas en 2007 y 2015.

La otra gran acción defensiva de estos cuartos, por decisiva, la firmó Jordie Barrett. Nueva Zelanda sufría para detener la ofensiva incansable de Irlanda. Con el partido más que ajustado, Ronan Kelleher se dispuso a culminar el furibundo ataque de los verdes y cuando parecía que el ensayo inevitable, el kiwi se afianzó entre el jugador irlandés y el césped para que no pudiera posar el balón y evitar así el ensayo (24-28).

Irlanda, ganadora del Seis Naciones con el Grand Slam incluido, se quedaba de nuevo sin alcanzar la orilla de semifinales. Despedida sin gloria de su gran capitán Johnny Sexton. Nueva Zelanda supo sobrevivir y ahora se encontrará con Argentina en pos de su octava final mundialista y de su cuarto título para liderar en solitario el historial de la Copa del Mundo y dejar atrás a Sudáfrica.