Montaña. Alex Txikon aterrizó ayer en el aeropuerto de Loiu más delgado de lo que se marchó, pero mucho más feliz. El alpinista regresa a casa tras un histórico ascenso al Manaslu (8.163 metros), la octava cumbre más alta del planeta, en una expedición invernal y sin la ayuda de oxígeno. Algo que nadie había conseguido antes. Lo hizo en una ascensión exprés y al tercer intento. Pero a sus 41 años, Txikon puede presumir de aumentar su currículo invernal, en el que también aparece el Nanga Parbat (8.126 metros) de 2016. El lemoarra fue recibido por un grupo de familiares y amigos, que no quisieron desaprovechar la oportunidad de acudir al aeropuerto para darle una calurosa bienvenida.