Los foils -las largas quillas con alas- están cambiando todos los deportes acuáticos, desde las carreras de los grandes catamaranes a modalidades individuales como el surf o, en el caso de la imagen, el windsurf. Por un lado, porque permiten practicar ese deporte a nada que sople un poco el viento. Y, por otro, porque con viento fuerte se alcanzan velocidades de vértigo. Una innovación que ha venido para quedarse. En la imagen, un windsurfista se eleva por los aires en el lago Murten de Suiza.