uskadi no tiene estaciones de esquí. Ni destaca por el alto número de licencias emitidas por la Federación de deportes de invierno. Alto Campoo, en Cantabria; Valdezcaray, en La Rioja; o incluso Formigal, en Huesca; son las instalaciones escogidas por los vascos para disfrutar de una buena jornada de nieve. Es decir, mínimo a dos horas de casa en coche. Un contexto que ha provocado que Euskadi se encuentre lejos, muy lejos, de la cantidad de fichas que manejan Catalunya, Aragón o Madrid; según los datos que maneja el Consejo Superior de Deportes (CSD). Y, aún así, a pesar de todo ello, destaca en los deportes de invierno. O, al menos, en snowboard cross. Porque el Campeonato estatal celebrado el pasado fin de semana en la estación catalana de Baqueira Beret entronó a la sopeloztarra Naia Aramendia y al donostiarra Lucas Eguibar en lo que será un nuevo reinado vasco. Dos riders originarios de dos localidades costeras, donde no hay nieve, sino arena. Con todo, no es la primera vez que el snowboardcross estatal se rinde a esta paradoja y tiene una regencia vasca, puesto que el año pasado Aramendia ya conquistó el título, mientras que el donostiarra Álvaro Romero hizo lo propio en categoría masculina aprovechando la ausencia por lesión de Eguibar.

En esta ocasión, Romero tuvo que conformarse con la medalla de bronce, tras cruzar la meta por detrás de Bernat Ribera, segundo; y un Eguibar que hizo buenas las apuestas y los pronósticos al proclamarse campeón. Y es que el rider guipuzcoano no necesita presentación. Su bagaje y currículo le preceden. Actual campeón del mundo, ganador del Globo de Cristal en 2015 y olímpico en tres ocasiones -Sochi 14, Pyeongchang 18 y Pekín 22-. Eguibar llegaba a la prueba después de haber logrado un diploma en los pasados Juegos, de ser séptimo en la Copa de Veysonnaz, la última gran cita de su temporada; y de terminar noveno en la general de la Copa del Mundo. Es decir, arribó al Campeonato estatal con unos resultados fuera del alcance de sus oponentes. Sin embargo, a pesar de ello, no fue el rival a batir. Sino el espejo en el que mirarse. Porque se enfrentó a jóvenes promesas, a chavales que están comenzando a despuntar en esto del snowboard. Sin ir más lejos, Bernat tiene 21 años y Romero, 18. Por lo que, tras bajarse del primer escalón del podio, Eguibar manifestó la "alegría de poder estar con clubes y gente joven con los que espero algún día compartir equipo estatal y competir al más alto nivel". De esta forma, el donostiarra finiquitó una temporada agridulce e irregular, en la que le hubiera gustado "estar mucho mejor": "Me queda la espina de haber estado cerca después de haber luchado tanto, pero estoy contento porque salgo de una lesión bastante importante. Así que el año que viene intentaré que la espalda mejore y que vaya todo bien", concluyó el deportista de Basque Team.

Junto a él, en el trono de al lado, se sentó Naia Aramendia. La rider vizcaina reeditó el título que ya conquistó la temporada pasada tras llegar a la meta de Baqueira Beret por delante de la catalana Andrea Seijas, segunda; y de la andaluza Candela Fuentes, tercera. Se trata, pues, de su segundo Campeonato estatal con apenas 18 años. Un buen comienzo para alguien que se decantó por la modalidad de cross tan solo hace tres temporadas y que sueña con ser olímpica. Con todo, Aramendia sabe que aún le queda mucho camino por recorrer, mucho que trabajar y otro tanto que mejorar. Quiere ir paso a paso quemando etapas: conseguir los puntos FIS necesarios para participar primero en la Copa de Europa, luego en la Copa del Mundo y después luchar por unos Juegos. Es decir, la sopeloztarra quiere seguir los pasos de Eguibar, un referente con el que tiene el privilegio de compartir regencia en el snowboard cross estatal. "Es el mejor, siempre está en el top. Me fijo en su actitud frente a las competiciones, cómo se centra en los entrenamientos y sobre todo en cómo es él. Es muy cercano, siempre da consejos cuando coincidimos para que mejoremos y nos vaya lo mejor posible", finalizó Aramendia.