donostia - Nuestro protagonista encontró un día los libros de Viktor Frankl y descubrió en su lectura que el sentido de la vida está en asumir una responsabilidad para con nosotros mismos y para el hombre. Por ahí se mueve Xabi Etxaniz, actual entrenador de Maialen Chourraut y muchos años responsable del slalom (aguas bravas) en el piragüismo estatal. Muchas preguntas y largas respuestas que ayudan a situarte en su mundo.

Desde Barcelona 92 hasta Tokio 2021, podríamos decir que la vida en una piragua…

-En 1986 competí en mi primer Campeonato del Mundo Junior de descenso de aguas bravas y desde entonces, como competidor, sin parar hasta el año 2000, otro Mundial Junior de Slalom ya en 1988 en el río Valira (La Seu de Urgell), seis Campeonatos del Mundo que se realizaban cada dos años (1987 hasta 1999, todos seguidos) y dos Juegos olímpicos Barcelona 92 y Atlanta 96. Comencé como entrenador del Club ATSS en 1997, y del equipo nacional en marzo de 2001, y hasta la fecha, con trece Campeonatos del Mundo y cuatro Juegos Olímpicos como entrenador. Así que, sí, podría decir que desde los 16 años que participé en mi primer Campeonato del Mundo, la piragua y la competición han sido mi forma de vida. Además, me encanta remar.

Eso supone una buena parte de sus casi 50 años. ¿Se llega a dar cuenta de la velocidad con la que pasa el tiempo?

-¡Sin el casi! Desde el 11 de abril, en pleno confinamiento, cayeron los 50… Y contento y a su vez un tanto perplejo por la situación en la que vivimos. Un mundo tan evolucionado, un ser humano capaz de crear aparatos para hablar a miles de kilómetros de distancia, de volar, de curar, de reconstruir… y en confinamiento ahora por algo que no se ve, que no controlamos… Cuando era joven, esos 22 años cuando nos conocimos, me comía el mundo, mi energía, pasión e ilusión por vivir, por avanzar cada día, era más fuerte que cualquier otra cosa, y cuando una persona “mayor” (de 40 para arriba pensaba) decía sentirse igual de joven que con 30 años, no lo captaba, pensaba que era un decir… ¡y ahora lo entiendo perfectamente!

Confinado en La Seu, desde la distancia da la sensación de que, disponer del canal al lado de casa y no poder entrenar en él durante tanto tiempo, aumenta la ansiedad por saltarse la ley…

-Hay que ser responsable con esto, pero es verdad que cada lugar es diferente. Por tanto, cada circunstancia también, y el ir a remar aquí en La Seu de Urgell, sin contacto con nadie, en plena naturaleza, estando sano, no habría ninguna posibilidad de contagio… pero hay que obrar con el ejemplo, seguir las normas como todo ciudadano y esperar a que mejore la situación y lo que dicte el gobierno… las primeras paladas después del confinamiento, en pleno brote primaveral… ¡han sido increíbles!

Un reciente y emotivo reportaje de Basque Team sobre Maialen nos ayudó a descubrir muchas cosas que se relacionan con el valor de lo mental y lo anímico…

-Sí, sinceramente pienso que Iñigo Asensio (director) ha plasmado perfectamente todo lo que l@s deportistas-personas sentimos y cómo tener que lidiar con todo ello para la búsqueda de rendimiento y competir dando lo mejor de uno mismo. Primero persona; además, deportista. Por tanto, resolver todo conflicto interno para poder enfocarse en lo esencial para competir, dejando el resto de lado. Hay cosas que uno puede controlar, pero hay muchas otras que no, ya que no dependen de uno mismo, y hay que prepararse para competir el día marcado, pase lo que pase.

¡Cuántos silencios, cuánto talante y comprensión para llegar al objetivo…!

-Cuando un deportista empieza a ser bueno, es decir, competir constantemente con un buen rendimiento, tener buenos resultados, la gente piensa que como ese deportista ya es bueno, lo hará bien. Pero el deportista lleva constantemente esa carga de ser bueno y en cierta manera, tener que demostrar (a sí mismo y a los demás) que ciertamente, puede competir muy bien de nuevo. Es decir, ser bueno. Pero no es nada sencillo gestionar todo eso, ya que detrás está la persona y todas las personas que se relacionan con ella, teniendo que resolver todo tipo de conflictos internos y externos para llegar a la hora, minuto y segundo esperado del día esperado, y ser bueno en ese preciso momento. Es muy complicado competir dando lo mejor de ti. No es solo el momento… es todo lo que hay hasta llegar al momento… Muchas veces exigirse a uno mismo, otras exigir, muchas veces ceder… buscar ese equilibrio en la relación, en la acción diaria…

Una vez en la sala de profesores de un colegio vi un cartel en el que se leía “¿Quién educa a los educadores?”. Si hacemos un trasvase al mundo de los entrenadores, en su caso cuáles son las fuentes de las que bebe, los espejos en los que se mira, para tratar de ser mejor y más efectivo.

-El aprendizaje es constante y diario. Pienso que hay que estar siempre atento, cada día, ya que el día menos pensado, si estás atento, quizás encuentras alguna herramienta, alguna clave, protocolo, idea que te embarca en un proceso diferente y que te ayuda para ser mejor. Cada día es diferente, el agua se mueve, las personas también. Por tanto, adaptarse es la clave, utilizar lo bueno y mejorar constantemente, con optimismo. En mi caso, una meta deportiva ambiciosa como factor principal, después, buscar las herramientas para comenzar el sendero hacia la meta. La lectura de muchísimos libros me alimenta por un lado. Por otro, la actividad diaria hacia esa meta, la relación con las personas que se embarcan en el proyecto, la creencia constante en lo que haces, y sobre todo, el sentirte satisfecho por el trabajo cotidiano, encontrándole el sentido diariamente.

Después de vivir todo tipo de experiencias y conocer el mundo en que se mueve, ¿dónde están y cuáles son las fortalezas?

-Pensar, crear y creer en un proyecto, para después vivir cada día con la máxima ilusión posible siguiendo los pasos marcados hacia la meta, muy atento a lo que está sucediendo constantemente para poder adaptarse. Esa es para mí la mayor fortaleza posible. Con ello, la motivación y el trabajo constante hacia la meta son inmensos. Debes tener muy claro que, pese a trabajar dando el máximo, vas a conocer muchas derrotas, pero que perseverando, buscando la mejora constante, si estás preparado, puede llegar una victoria, ese momento tan deseado…

Además de ser entrenador de Maialen, esposo y padre de una niña, no parece fácil el equilibrio entre la exigencia, la dureza del entrenamiento y lo sensible y sentimental.

-Ha sido un proceso muy largo. Primero entrenador muchos años, pareja, matrimonio, hija…por lo que el ritmo del mismo ha sido también respecto a las circunstancias de cada momento. No ha sido de golpe. Por lo que, según avanzaba la relación, también hemos escuchado las posibilidades, hablando un mismo idioma y con una complicidad total en el proyecto global entre ambos… ¡No ha sido fácil, pero sí intenso y emocionante! Competir a alto nivel, en cualquier deporte o empresa de la vida, y conseguir buenos resultados, no es fácil, pero algunos lo consiguen. Nosotros nos movemos entre el reto, la empatía, la exigencia, el respeto, la disciplina, la adaptación…y sobre todo, la ilusión por avanzar día a día.

¿Existe el miedo a fallar o equivocarse? A veces las prisas por querer llegar a conseguir el objetivo determinan comportamientos y decisiones que en su caso van más allá de la típica relación entre técnico y deportista.

-No jugamos a fútbol, donde si te equivocas en un pase, y si estás bien entrenado (preparado), tienes otros muchos minutos para acertar en otro. Nosotros, en 90 segundos de competición, apenas tenemos margen de error. Es así. El miedo a fallar, a no conseguir, siempre está ahí, claro, además está la preparación, la confianza, el plan de acción, las certezas de acciones conseguidas…Hay que agarrarse con fuerza a ellas y así vencer a los miedos. Competir es siempre complejo… Seguir tu plan con la máxima convicción, con la máxima confianza, pero sin confiarte, siempre atento…

De aquella soledad que vivió en 1992 cuando el slalom era un deporte que se estrenaba en los Juegos hasta el día de hoy. ¿En qué se nota el progreso? ¿Cuántas herramientas a su disposición? ¿Más fácil o más difícil?

-El piragüismo slalom fue de exhibición en Munich 1972, después desapareció del programa olímpico hasta que volvió a estar en Barcelona 92, ya como deporte olímpico, y hasta la fecha… Me siento un auténtico privilegiado de haber vivido todo este proceso desde dentro. Yo era un chaval de 16 años que disfrutaba en el mar y fui la primera vez a un Campeonato del Mundo Junior en Austria, junto a Emilio Herrán y con Mon Urtizberea como entrenador, saliendo de la bahía de La Concha y sin saber de qué iba este asunto… Desde entonces enganchado, sin apartarme más de una semana de una piragua hasta el confinamiento de ahora… Ha llovido muchísimo desde entonces, donde todo era nuevo, la ilusión y la pasión como motor fundamental para vivir todo como una nueva aventura diaria, y pasando los años, convirtiéndose en un quehacer cotidiano para tratar de lograr un oro olímpico… Los deportes olímpicos, además de los profesionales, evolucionan mucho, ya que todos los países los tienen como prioritarios respecto a ayudas, por lo que, el slalom ha sido uno de ellos. Muy diferente, ahora contamos con muchos más medios, también muchas más personas implicadas o comprometidas, mayores presupuestos, mayores expectativas. Todo evoluciona y hay que adaptarse. Nunca es fácil conseguir un resultado en el deporte. Ahora hay muchos más recursos, aunque el nivel es más alto también. Lo mejor es que ya tenemos un pasado, un trabajo detrás, constante desde el año 2001, y eso es muy importante.

Como quien dice antes casi todo estaba en sus manos, en las de Xabi Taberna y poco más. Decidió un día convertirse en el entrenador personal de Maialen Chourraut. ¿Fue una liberación? ¿La medalla de oro en Río compensó la dureza del camino?

-Comencé en 2001, básicamente porque los Juegos de Sídney fueron muy mal para el equipo nacional. No había muchas opciones. Yo me había formado como entrenador nacional y era barato. Fui el único entrenador de la federación hasta 2007, con ayudas esporádicas para las competiciones de algún entrenador (Xabi Taberna, Esteban Arakama…y otros expalistas). Mucha furgoneta por Europa… En 2007 contrataron hasta Pekín 2008 a Xabi Taberna y Ettore Ivaldi (Italia). Fue todo un lujo para nosotros. Ahora somos ocho técnicos de slalom trabajando para la federación. En junio de 2016, dos meses antes de los Juegos de Río, ya decidí que no seguiría como responsable técnico después de los Juegos. Pensaba que, después de 16 años y muchas batallas, era momento de cambiar. Tras el oro de Maialen, hablamos y pasé a ser responsable únicamente de Maialen, además de colaborar y ser parte del equipo técnico, y sí, fue una gran liberación, que me costó asimilar, ya que tenía la sensación de estar de semivacaciones después… Llevaba 16 años a tope, con demasiadas cosas, con pocas horas de sueño, mucho ajetreo…necesitaba respirar diferente…y lo conseguí!

Aquel momento inolvidable para mucha gente. Pasados cuatro años ¿qué significó en su relación? ¿Son compatibles amor y trabajo?

-Fue un momento mágico, un momento soñado, finalmente tocado… Fue también una gran liberación… En deportes no profesionales como el nuestro, los Juegos Olímpicos son la meta. Significó muchísimo para nosotros. Tantos años detrás de una empresa tan compleja y conseguirlo… la emoción era incontenible… la paz interior también… Después no fue nada sencillo para Maialen básicamente. De vuelta a casa, y tras el éxito deportivo, descolocada, inquieta, fuera de su rutina habitual, con viajes, entrevistas y demás que no le permitieron a Maialen disfrutar mucho de sí misma… No sé si son compatibles amor y trabajo. Supongo que depende de las personas… Nosotros tratamos de cuidar el jardín cada día, sin descuidarlo, cada día…Si no riegas…nada brota. Todo se muere…quitar malas hierbas, podar un poco, abonar…me siento un afortunado.

Entre las cuentas que sigue en redes sociales está la de un libro conocido, ‘El Principito’, y una frase: “Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”. ¿Defiende la afirmación?

-¡Ja ja! El principito es un libro fundamental en mi mesilla de noche… Cualquier frase son muchas frases… por supuesto que esa frase me parece brutal: “Lo esencial es invisible a los ojos…”. Es una pasada, ¡¡¡cuánta verdad!!

Todo iba enfocado al inmediato verano, a Tokio 2020. ¿El trabajo hasta aquiles ha servido de algo o toca volver a empezar con un año por delante?

-Después de los Juegos de Río, la federación internacional cambió el reglamento de las piraguas, y Maialen ha estado buscando una adecuada, con muchas pruebas, hasta que encontramos la que parece la definitiva, justo la semana antes del confinamiento. Por lo que, si llevamos desde el 2001 adaptándonos a los asientos de las furgonetas, piraguas y aviones, un año más nos concede tiempo para que Maialen conozca, disfrute y pueda sacarle el máximo rendimiento a ese nuevo modelo de piragua un año más tarde. Maialen esta temporada iba muy bien hasta marzo. La mejor desde los Juegos, mente y cuerpo acompañados… pero un año más nos viene perfecto para seguir conociendo la piragua y mejorando la navegación. ¡Aprovecharemos el año y sacaremos el máximo partido de él!

No soy muy amigo de las fechas de caducidad. Sin embargo, siempre hay un día después. En su caso, dos. ¿Se hacen esa pregunta o prefieren que sea el tiempo y las circunstancias quienes decidan?

-A punto de terminar el documental sobre Maialen, realizó la última entrevista que aparece en el mismo la primera semana de marzo de 2020. Justo había decidido que no se retiraría después de los Juegos Olímpicos de Tokio, básicamente por las siguientes razones: le gusta remar y está a un gran nivel, pudiendo dar más de sí todavía, con motivación e ilusión de seguir aportando, tanto para ella como para las demás deportistas nacionales. Además, le gustaría poder seguir para entrenar en el nuevo canal de Orbeldi, en Zubieta… En cuanto a mí, soy entrenador, me siento entrenador, me gusta ser entrenador y espero seguir estando en la orilla algunos años más… Creo que lo importante es pensar, sentir que uno puede seguir aportando algo, aunque sea poco, pero sumar, no restar. Por ahora creo que ambos sentimos eso…

Las aguas bravas se llevan muchas cosas por delante, buenas y malas. Sin embargo, hay otras con las que no pueden. En su caso ¿cuáles son las que permanecen en usted y dan sentido a su vida?

-Me subo en una piragua, surfeo una ola y me emociono como si tuviera 17 años… No maduro y me sigue gustando más esa sensación que los asuntos importantes de los mayores… ¡¡ja ja!! Pregunta al Principito… En busca de sentido de Victor Frankl, es también un libro esencial para mí, es muy pragmático como refleja la importancia de la esperanza como parte clave del ser humano… Me conformo con poco, y el sol y el mar, el río… me emocionan. Simple. Está la familia, los hijos, los buenos amigos…Hacer deporte, ayuda a sentirse bien con uno mismo y a seguir ilusionado por el futuro. Tener una meta y despertarme cada mañana con ilusión para dar un pasito hacia ella me llena, me anima, estando en orden todo lo demás.

La vida es una caja de sorpresas. Lo que no consiguió como deportista, lo logró como entrenador. Una medalla de oro olímpica es una locura desatada, un desenfreno. Un cóctel de emociones, sentimientos, lágrimas, besos y abrazos. Con más valor si lo compartes con la mujer que amas. Esto no es un laberinto de apariencias como escribía Pirandello en ‘Así es, si así os parece’. Es una realidad sobre robustos soportes.