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"No había visto valorar tanto una victoria nunca..."

"No había visto valorar tanto una victoria nunca..."

- Defiende la portería de un equipo de Segunda División. Es feliz a su manera y valora la experiencia como un signo de madurez y aprendizaje. Vive solo y trata de situarse en una sociedad muy distinta a la que conoce. Confinado en su casa, espera que las cosas vuelvan a su cauce.

Islandia casi no aparece en el mapa. Da la sensación de que fuera otro mundo. ¿Las cosas están como en todas partes?

-Lo primero de todo es comentar que en Islandia hay cerca de 1.800 casos y diez fallecidos. El virus llega a Islandia procedente de gente que vuelve a su casa tras haber esquiado en Italia y Austria. Esa es la primera respuesta que me dan al preguntar por la situación aquí. Por lo que estoy viendo, la vida en Islandia es casera. Las reuniones con amigos se producen en diferentes casas. No es una vida de alterne, ni de quedar en cafeterías y eso es lo que hace que resulte fácil reaccionar al virus porque no hay tanto contacto como allí.

Ante esa realidad, ?cómo lleva la vida en lo deportivo y en lo personal?

-A día de hoy, con el COVID-19, te puedo hablar de mi club, donde se practican numerosos deportes. Dos semanas antes de cerrarlo todo a cal y canto, reaccionaron enseguida poniendo un bote de alcohol en cada puerta de las instalaciones, retiraron mobiliario de zonas comunes (sillas, mesas, sofá...) y debíamos respetar una distancia de dos metros entre nosotros. Más tarde cerraron vestuarios y seguimos cuatro días entrenando en el campo pero duchándonos en casa hasta que el Gobierno ordenó parar totalmente las disciplinas deportivas, el fútbol,

entre otras.

Cuando uno elige un destino así, va un poco a ciegas€

-Es cierto, me hablaron muy bien de su gente y desde el momento que sabía que venía a Islandia empecé a informarme sobre el país. Se ayudan en todo lo que esté en sus manos. A día de hoy, la gente no ha dejado de hacer vida normal con reducciones de horario en sus trabajos y nosotros seguimos yendo al restaurante donde nos dan de comer los lunes, miércoles y viernes, y las medidas que han tomado allí suponen la reducción de sillas por mesa en un tercio y un aforo máximo de 20 personas. Martes y jueves nos dan la cena en otros restaurantes, pero por allí solo pasamos para recogerla y llevarla a casa.

Hace meses llegó para ayudar a evitar el descenso. Lo consiguieron. Terminó el contrato y le hicieron una oferta de renovación que aceptó. ¿Por qué?

-El año pasado, cuando terminó mi contrato aquí, volví a casa. Me tomé dos semanas de descanso y empecé a entrenar con el Real Unión, equipo de mi ciudad con vistas a firmar en el mercado de enero por allí. Llegó el final de enero y me encontré con que las opciones que había fueron desapareciendo. Quedaba renovar en Afturelding. No me lo pienso y decido volver para hacer el año natural de competición que no había conocido el año pasado al llegar a finales de la liga.

¿Cómo es Afturelding, su gente, las costumbres? ¿Qué le llama más la atención de la experiencia? ¿Los jugadores son conocidos?

-En lo personal, no me puedo quejar, es gente muy cercana, amable, dispuesta a ayudar en todo momento para que no nos falte de nada. Ellos entienden que aquí estamos solos y quieren nuestro bienestar en su país en todo momento, y te digo nos porque ahora mismo estoy compartiendo piso con un español.

Jugó en el Sanse, en el Real Unión, en el Amorebieta, equipos de exigencia. La presión, aunque sea Segunda B, es muy grande. Ahora, ¿se siente más liberado? ¿Es el momento más pleno y maduro en su carrera?

-Jugué en diferentes equipos en Segunda B, pero no notaba la presión en ningún momento; obviamente tenía nervios antes de cada partido, ¿quién no? Aquí en Islandia sigue habiendo esos nervios previos al partido, pero desaparecen en el momento que empieza. El futbolista lo que desea es jugar, ser feliz. En España no encontraba eso y aquí fui muy feliz el año pasado. Yo creo que soy igual de conocido aquí que allí.

Vive solo. No sé si es un hándicap o una prueba que debe superar. Creo que hay jugadores españoles en el equipo y eso supongo que ayuda en la comunicación y a la hora de hacer planes juntos€

-En estos momentos vivo con un compañero español y ayuda bastante a la hora de hacer planes y respaldarnos en el campo a la hora de comunicarnos. No estamos encerrados en casa, podemos salir a la calle. De hecho, solemos ir al campo de fútbol con un par de balones y solemos coincidir con algún otro jugador del equipo. Allí hacemos el trabajo que nos manda el preparador mediante una app y luego tocamos balón, hacemos unos tiros... Te cuento una anécdota: el último día antes de irnos el año pasado nos invitó a cenar la madre de nuestro entrenador a su casa. Habla bastante bien castellano y es una fanática del Liverpool; nos hace muy fácil la vida aquí, siempre dispuesta y abriéndonos la puerta de su casa constantemente.

Varmarvöllur es el nombre del estadio en el que juegan. ¿Un partido allí es una fiesta para los aficionados? Se supone que hay mucha diferencia con lo que conocían antes de llegar allí€

-Yo diría que aquí el deporte rey es el balonmano, ¡quizás porque se juega a cubierto! En una liga de doce equipos, siete somos de Reikiavik o alrededores, y a eso le sumas todas las disciplinas de deportes que hay y no te queda afición para el fútbol. Mentiría si digo que los partidos son una fiesta para los aficionados. Ir al campo con menos tres grados es muy difícil y ambientarse, más. En cambio, sí es una fiesta para los jugadores el día que se consigue un triunfo. No había visto valorar tanto una victoria nunca... Cierto es que Afturelding es un club que está en crecimiento. Este será su segundo año en segunda división y se ven poco a poco los pasos que van dando hacia adelante. Esperemos que algún día podamos ver una fiesta en el campo.

El día a día en la calle, las compras, los desplazamientos€ ¿Se mueve en coche? ¿La vida es mucho más cara?

-El club nos pone coche y vivimos a cuatro minutos del campo y a diez de Reikiavik, pero realmente le hemos dado buen uso haciendo excursiones. Las carreteras están limitadas a 90km/h, con lo que te puedes hacer una idea de cómo son. Lo que puedo ver en mi barrio es una vida muy tranquila, de casa, paseos por los diferentes senderos que unen las urbanizaciones. La vida en Islandia es más cara. Tenemos derecho a pedir la devolución del IVA en el aeropuerto, en compras de ropa, tecnología... Si hablamos de un café a tres euros y medio o de una cerveza a siete, creo que os podéis hacer una idea. Y no es que sea un país seguro por la vigilancia de la policía, sino por su gente. Te puedes dejar el móvil en el gimnasio que estará en el mismo sitio o en recepción al día siguiente. ¿Quizás porque no les hace falta de nada? Tal vez...

Brennivín es el nombre de la bebida más típica del país. ¿La ha probado?

-El alcohol no se vende en supermercados, hay tiendas que se llaman Vinbudin, donde puedes encontrar todo el alcohol. No te puedo contestar a la pregunta de la bebida más típica del país porque no la he probado, ni tampoco su vodka, aunque tengo compañeros que lo beben a pelo cuando salen de fiesta... Están hechos de otra casta (risas).

Termina contrato en diciembre. ¿Se hace preguntas sobre el futuro? ¿Qué le gustaría? Con el fútbol parado€ ¿Qué es lo que más le preocupa en este momento?

-Ahora mismo viviendo la situación en la que estamos, vamos a salir de esta y disfrutar el año como merecemos. El futuro ya llegará a su debido tiempo. Me gustaría volver cerca de casa. Echo de menos a mi familia, pero en este deporte nunca sabes dónde puedes terminar. ¿Quién me iba a decir que mandaría a mi defensa en islandés durante un partido? Solo sé palabras técnicas como fuera, derecha, izquierda, atrás, cuidado la espalda, vamos... Nos comunicamos en inglés con todos, es su segunda lengua, y la habla todo el país, ya que ven la tele en inglés, subtitulada en islandés desde pequeños.

"Viviendo la situación en la que estamos ahora mismo, vamos a salir de esta y disfrutar el año como merecemos”