on Areitio, cuatro veces podio en los Mundiales de trial desde 2016 hasta 2019 y campeón de Europa de la especialidad en 2018, vive "con naturalidad" el confinamiento, que arranca ya su tercera semana. Si el día a día habitual para él se dividía entre el trabajo y los entrenamientos, únicamente ha tenido que dejar de lado lo segundo, ya que sigue a tope con el caserío familiar, Mugarrieta, como siempre desde que era un chaval.

"El caserío y los animales hay que atenderlos los 365 días del año", dice Areitio. "Al principio había un poco más de movimiento por la mayor demanda de comida, pero ahora ya estamos normal", comenta el hondarribiarra de 27 años, que también trabaja como monitor en el polideportivo de Lesaka: "Ahora está cerrado, pero estamos aprovechando para limpiar a fondo, vaciar las piscinas y hacer mantenimiento, no sé hasta cuándo".

Los baserritarras han querido reivindicar su labor con las campañas Gora gure baserritarrak (Baserritarras sin parar). "Los baserritarras, más que nada el primer sector, parece que estamos dejados de la mano de Dios. Cuando ha habido momentos de escasez de comida en las grandes superficies y volvemos a lo tradicional, que es ir a la carnicería o a comprar verdura al caserío, es cuando se acuerdan de nosotros, así que aprovechamos para reivindicarnos un poco más", comenta el hondarribiarra, que en cualquier caso cree que, cuando todo vuelva a la normalidad, la gente "volverá a ir a las grandes superficies y se olvidará del comercio pequeño y lo que llaman kilómetro cero".

El hecho de vivir en un caserío permite a Ion Areitio un confinamiento más llevadero que los que tienen que estar todo el día entre cuatro paredes. "Yo me siento afortunado los 365 días del año", aclara el hondarribiarra: "Me estoy tomando bien el confinamiento, con naturalidad. Estos días vivir en un caserío te permite tener más libertad porque sales a cortar la hierba, cuidar el ganado o seguir preparando las tierras para el verano. Eso sí, a los que dicen que tengo suerte les traería aquí los otros 300 y pico días del año a ver qué les parece este trabajo". Areitio reconoce que no sabe "cómo reaccionaría" teniendo que vivir estos días en un piso normal, acostumbrado a vivir siempre al aire libre: "Si me llega a tocar, tendría que convivir con ello. Aquí me puedo mover, sigo con los trabajos de siempre y eso hace el confinamiento diferente a mucha gente. Estoy aprovechando para poder dedicar más tiempo a trabajos que antes hacía más rápido como atender mejor a los animales".

Lo que no puede hacer Areitio es entrenar. "En mi casa podría hacerlo, pero nos mandaron una carta desde el Consejo Superior de Deportes diciendo que todo entrenamiento quedaba suspendido para evitar lesiones y cosas así y me lo he tomado a rajatabla. Basta que entrenes en casa para romperte algo y liarla. No toco la bici ni hago pesas. Me limito a hacer los trabajos del caserío, algunos los hago físicamente para seguir manteniendo la forma. Por ejemplo, corto la hierba con la guadaña en lugar de con la segadora y muevo la paja a mano en lugar de hacerlo con el tractor".

La temporada de trial ha quedado suspendida hasta nuevo aviso: "Estamos esperando, la Unión Ciclista Internacional (UCI) no se ha pronunciado. Las pruebas hasta junio ya se han suspendido, pero no sé si retomaremos la Copa del Mundo después de verano, está en el aire, el Mundial de China en otoño también. Sé que hay compañeros de otros países que está pudiendo entrenar, pero nosotros no, así que tranquilidad, tampoco le doy muchas vueltas".

Al no tener mucho tiempo libre, a Ion Areitio no le ha dado por leer o ver series y películas, tal y como está haciendo mucha gente: "No tengo tiempo porque sigo trabajando igual en el caserío. Igual me cojo un rato la tablet, pero poco más. Y antes de meterme en la cama echo un vistazo a cómo está el mercado de precios de ganado, pienso, cereales...".

"Me estoy tomando bien el confinamiento. Vivir en un caserío te permite más libertad"

"Los entrenamientos se han suspendido para evitar lesiones y me lo he tomado a rajatabla"

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