i hay un deporte que suele citarse como ejemplo de trabajo en equipo y de coordinación, ese es el remo. En estos tiempos, sin embargo, también los remeros se ven obligados a ejercitarse en solitario, lejos de sus compañeros y cambiando la inmensidad del mar por el confinamiento en sus casas. Xubane Arantza Uribarrena, de Donostia Arraun Lagunak, echa de menos los entrenamientos en la trainera, pero mantiene intacta su motivación para trabajar con el ergómetro en su domicilio y para tratar de “mejorar segundos” durante este estado de alarma.

Uribarrena recuerda que, antes de decretarse el estado de alarma, la tripulación de Arraun Lagunak se reunió “en el club para hablar de la situación. Tuvimos la suerte de que cada una de las remeras nos pudimos llevar a casa un ergómetro”, que es una máquina que simula el ejercicio que se hace mientras se rema. “Para un remero, estar tanto tiempo sin hacer ergómetro es mucho”.

La remera donostiarra añora los entrenamientos en la trainera, aunque la tripulación se está entrenando “como hasta ahora, todos los días de la semana menos uno. La única diferencia es que antes descansábamos los miércoles y ahora los jueves, pero el ritmo es el de antes. Nos planificaron los siguientes 15 días de entrenamiento, y es lo que hacemos. Igual algunos días hacemos rodaje en el ergómetro, otros días hacemos series, autocargas, diferentes tipos de ejercicios.... Nos cambian las cosas que tenemos que hacer para que no nos aburramos. Para que estemos motivadas, uno del club organizó el fin de semana una prueba de 500 metros on line para picarnos un poco entre nosotras. En esta época solíamos ir al agua viernes, sábado y domingo, para aprovechar el fin de semana, porque en el equipo hay gente trabajando o estudiando, como yo, que entre semana estoy estudiando en Bilbo, y es cuando nos juntamos la mayoría. Más adelante, solemos salir ya todos los días. Cuando más duro se hace entrenar con ergómetro en casa es el fin de semana, porque yo, por ejemplo, estoy mentalizada para hacer ergómetro entre semana, pero que el fin de semana voy a liberarme al mar, y no tener eso es un poco duro. Sabes que va a llegar el viernes y que no te vas a juntar con las del equipo, que es donde tenías la motivación”.

Uribarrena tiene varios trucos para evitar la monotonía de los entrenamientos en casa: “Según el día, me voy cambiando de sitio para que me varíe un poco la vista y no me aburra. En ese aspecto tengo suerte. Cuando saco el ergómetro al balcón monto un poco el espectáculo, soy como el mono del circo, todos el mundo me mira por el ruido que mete”. Además, “cada vez que me pongo en el ergómetro, estoy viendo vídeos de regatas para buscar motivación. Veo los metros que hay en la regata, veo los metros que me quedan a mí, y me pico con mi propio ergómetro. Es lo que hago ahora; estoy viendo regatas en bucle”.

El año pasado, Donostia Arraun Lagunak se impuso en la regata de Lekeitio, en la Liga Euskotren, pero la remera donostiarra prefiere ver otras pruebas para motivarse: “No me suelo poner las regatas que ganamos, sino las que vamos por detrás y las que toca sufrir, para picarme y apretar. Si veo que Orio nos mete dos segundos, pienso Voy a recortarlos en el ergómetro. Ya sé cómo acaban todas las regatas, pero para el momento me sirve”.

La remera donostiarra admite que en casa “hay más tentaciones” para no entrenarse, pero no tiene problemas para subirse al ergómetro: “Un día que teníamos descanso, el ergómetro estaba en la cocina y después de comer parecía que me estaba mirando y pensé Bueno, pues voy a rodar unos minutos suave, suave. Como hay tanto tiempo y tanto aburrimiento, en vez de estar tirada en la cama me siento sobre el ergómetro. Por ahora no me cuesta. Según avance esto, ya se irá viendo. Al final, todas tenemos ganas de mejorar segundos en casa como se pueda para que, cuando llegue el día de juntarnos de nuevo, todo lo que hemos hecho haya merecido la pena”.

La interrupción de la preparación habitual ha cogido a las tripulaciones “en un mal momento, porque los meses más importantes de la pretemporada son los de ahora, en los que ya empiezas a subir un poco el ritmo de los entrenamientos, te entrenas con más volumen... Una cosa es estar haciendo ergómetro en tu casa sola y que te pongas súper fuerte, pero luego eso, cuando vayamos al agua, se va a notar”, afirma Uribarrena.

El bote donostiarra, además, estaba manteniendo una interesante lucha con Orio por la victoria de las primeras pruebas del año, “y no solo con Orio. En el Descenso del Oria, los cuatro botes de la Liga Euskotren estuvimos en diez segundos. Creo que es algo muy positivo. Si se celebra la liga, que espero que sí, se va a ver un verano muy bonito, que psicológicamente va a ser muy duro para todas las remeras. Al final, los botes vamos ganando cada vez más nivel. Que ahora podamos estar el mayor número de botes compitiendo en pocos segundos es bonito para nosotras y para el que ve la regata”.

La remera de Arraun Lagunak confía en que la temporada de remo no se suspenda: “Prefiero pensar que se va a disputar para tener esa motivación para entrenar, porque ya llevo no sé cuántos meses entrenando, como para que no se haga”.

¿Qué libro está leyendo o va a leer durante el confinamiento?

Ahora no estoy leyendo libros; lo que leo son 20.000 textos que me mandan de la universidad para hacer trabajos. Estoy bastante ocupada. No sé si era mejor cuando iba a clase o ahora.

¿Qué serie recomendaría?

Estoy viendo The Hunters.

¿Qué película?

Soy la máxima fan de Harry Potter. En quince días puedo ver las ocho películas varias veces.

¿Qué ejercicio recomienda hacer en casa?

Cuando ya he hecho mi entrenamiento y me aburro, me meto en YouTube y busco zumba, yoga y cosas de esas para principiantes. Si estás con más gente en casa es divertido hacerlo en grupo.

¿Cuál ha sido el último evento deportivo que ha visto estos días?

Cada vez que estoy con el ergómetro me pongo una regata.

“Cuando saco el ergómetro al balcón, monto el espectáculo. Todo el mundo me mira”

Remera de Donostia Arraun Lagunak