antes de la última final del Cuatro y Medio en el Navarra Arena, Joseba Ezkurdia recibió una sorpresa muy emotiva. Un vídeo en el que 22 familiares y amigos -uno por cada tanto pelotazale- le animaban y apoyaban de cara al trascendental choque contra Jokin Altuna. Un bonito detalle, muy motivador, que contribuyó a dar el empuje definitivo al pelotari de Arbizu para alzarse con la txapela.

La idea del vídeo partió de Rubén Ayarra, artífice junto a Carlos Chocarro de la evolución física de un pelotari cada vez más seguro de sí mismo, con mayor fortaleza en el frontón, con más confianza y cuyo trabajo, esfuerzo y sacrificio constantes le han llevado a ganar tres txapelas en apenas dos años: la del Parejas de la LEP.M junto a José Javier Zabaleta en 2018; la del Cuatro y Medio de la LEP.M ese mismo año; y su reciente reedición hace menos de dos semanas.

Ahora, sin apenas tiempo para asimilar este triunfo, al pelotari de Aspe le ha tocado cambiar de chip. Ya está inmerso en una nueva edición del Parejas, esta vez junto a Julen Martija, y no ceja en su empeño de prepararse a conciencia para ir a por su cuarto trofeo.

En este camino le acompañan Rubén Ayarra y Carlos Chocarro. Ambos son los responsables del área física de Zentrum, el centro de rehabilitación y preparación situado en Barañain. El primero es buen conocedor de los frontones por su condición de palista; y el segundo, también deportista de elite y más conocido por ser el capitán del Helvetia Anaitasuna de balonmano. Los dos trabajan mano a mano con Ezkurdia, al igual que con otro pelotari profesional, Peio Etxeberria.

Joseba Ezkurdia empezó su preparación en Zentrum poco antes de debutar como profesional, el 28 de diciembre de 2011. En sus inicios le acompañaba Aritz Altadill, aunque esta labor la asumió hace unos tres años Rubén Ayarra y poco después se incorporó Carlos Chocarro. Con ellos entrena tres días a la semana, si bien la planificación puede variar en función del torneo en el que esté inmerso el de Arbizu.

Se trata de un trabajo “muy largo” y “organizado”, cuyos resultados, como es lógico, se han ido viendo con el transcurso de los años. Existe, en primer lugar, “un trabajo de base, que se refuerza semana a semana” y luego se va “a la especifidad del deporte”. “Analizamos cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles de Joseba y los trabajamos. El objetivo es llegar de la mejor manera posible a un partido, teniendo en cuenta además quién es el rival y cuál es el torneo”, explica Carlos Chocarro.

Porque no es lo mismo un campeonato que otro. No es lo mismo preparar al pelotari para el Manista, para el Cuatro y Medio o para el Parejas. Y eso se tiene en cuenta a la hora de organizar las sesiones. “La planificación de Joseba para el Cuatro y Medio, por ejemplo, ha ido de lo más básico a lo más específico. Hemos basado mucho el entrenamiento en arrastres, empujes y lanzamientos, para trabajar la fuerza y la potencia. Con la base que tiene, son ejercicios que le permiten estar con esa chispa que necesita”, constata Chocarro, quien añade: “Ahora para el Parejas hemos bajado la carga de trabajo para estos primeros días. Se tiene que ir adaptando al nuevo torneo y a Julen, su compañero”.

En su opinión, si algo caracteriza a Joseba Ezkurdia es “esa fuerza rotacional que tiene”, que en “la volea se ve mucho”, junto con su “velocidad”. “Mover un cuerpo de 1,93 m y 94 kilos con la rapidez en que lo hace es complicado”, subraya el jugador de balonmano, quien destaca del pelotari de Arbizu “la seguridad que ha ganado y lo tremendamente agresivo que es”.

Junto a estas cualidades, Rubén Ayarra añade más: “Es un pelotari con mucha presencia, rápido y potente. Tiene una velocidad en el brazo, en la volea, que le hace diferente. Además, es extremedamente coordinado y siempre encuentra la solución más eficiente cuando le planteamos ejercicios para realizarla”. Ahora bien, aún tiene aspectos que mejorar, “como el golpeo a bote, pero tiene potencial para hacerlo”.

La complicidad y la confianza son dos aspectos básicos a la hora de trabajar la preparación. El vínculo que se ha creado entre el pelotari de Aspe y sus entrenadores es incuestionable, y eso se ha traducido también en el éxito de Ezkurdia. No es de extrañar, por tanto, que Rubén Ayarra sienta una “gran satisfacción” cada vez que Ezkurdia se alza con un torneo. Un pelotari que, sabe bien el palista, “ha sabido encontrar su identidad en la cancha”. “En vez de jugar para los demás y demostrar que puede ganar txapelas, sabe jugar mostrando la pelota que a él le gusta hacer. Haciéndose fuerte en su juego”, concluye.