Bilbao - Unai Laso rima con peligro. Lo sabe Jokin Altuna. Pudo contemplarlo de primera mano en la segunda jornada de cuartos de final del Cuatro y Medio, en un partido en el que el de Bizkarreta-Gerendiain tuvo contra las cuerdas, a punto del jaque mate, a Joseba Ezkurdia, campeón en curso del acotado. El poderoso voleísta de Arbizu sufrió mucho frente a un adversario despiadado, en explosión, que ha encontrado el camino de la regularidad. Laso es una bomba de relojería. “No me fío de nadie. Al igual que nadie se fía de mí. En las últimas presentaciones somos conscientes de que los campeonatos están más abiertos que nunca”, dice el artista de Amezketa, quien, a sus 23 años, suma su cuarta presencia consecutiva en las semifinales de la jaula y pugnará por un póquer de finales en cuatro campañas. De las tres disputadas hasta el momento, el de Aspe suma un único entorchado, el de 2017 frente a Mikel Urrutikoetxea (22-21). Pese a las derrotas en los otros dos compromisos por el cetro, Altuna III es uno de los grandes aspirantes a la txapela desde el inicio del campeonato.

Con una corta trayectoria en profesionales -cumplió cinco años el día de San Juan-, el retrovisor de Jokin y la experiencia en partidos de compromiso, siendo casi un fijo en el estelarismo desde sus pasos iniciales en Aspe, pueden engordar el aura de favoritismo con el que saldrá el domingo al Bizkaia de Bilbao. “Me siento bien, pero en esta fase empezamos de cero. Todo lo anterior no sirve para nada. Tengo buenas sensaciones en los entrenamientos”, relata el puntillero de Amezketa, quien argumenta: “Quizás tengo más experiencia que Laso en este tipo de eliminatorias, pero eso no significa nada. Fíjese, en mi primera semifinal jugué contra Aimar Olaizola, que me doblaba en años y experiencia, y le gané”.

Y se deshace en halagos: “Laso siempre ha tenido grandes condiciones y ha jugado ya ante pelotaris grandes. En la final de Aste Nagusia estuvimos en contra y nos pasó por encima. Un pelotari así, concentrado, es muy peligroso. No está aquí por casualidad”. Altuna III es consciente de las dificultades que entraña domar a un genio como el del errotarra, puesto que argumenta a gran ritmo en la cancha. Ha pulido detalles de su juego; en especial, todo lo relativo a los errores y la precipitación. “Unai tiene muchos recursos tanto en ataque como en defensa, pone la pelota lejos y le da velocidad”, afirma el guipuzcoano, que añade: “Antes, en algunos momentos, se iba del partido, pero le veo muy centrado y ha peleado casi hasta el tanto 22 en todos los duelos”.

De hecho, Laso ha convencido en tres compromisos, ante Elezkano II (17-22), Artola (9-22) y Bengoetxea VI (8-11 iba ganando cuando suspendió el leitzarra), y cedió por la mínima ante Ezkurdia, que le remontó un 13-21. Bajo la opinión del pelotari de Aspe, ese tipo de aprendizaje se realiza a base de “jugar partidos de gran nivel”. “Eso es lo que te hace aprender. Piensas que si has ganado una vez a contrarios complicados, puedes hacerlo dos”, estima el amezketarra. Marca el camino Jokin, que ya recorrió una vez, a toda prisa, a toda velocidad, por las circunstancias de la empresa, ya que se necesitaba savia nueva al estar Titín III, Xala e Irujo tocando a las puertas de la retirada -bien por razones profesionales, forzadas o médicas, respectivamente-, una autopista similar. Al de Baiko le ha costado entrar en el ruedo elitista, pero su progresión desde el verano ha sido espectacular. Necesitaba tiempo. Laso debutó en 2016.

Cuestionados ambos sobre quién tiene más presión, Jokin cree que ambos están en la misma tesitura; Unai, en cambio, considera que su rival es “favorito”. “Aún no estoy nervioso. El domingo quiero salir concentrado”, determina el navarro, que se decantó ayer por pelotas más vivas que su contrario.