Las vizcainas Amaia Aldai, en Promoción, y Patri Espinar, en Primera, se coronaron ayer en el frontón Gurea de Azkoitia, que registró ayer una gran entrada y engorda el poder de convocatoria de una modalidad que se encuentra en pleno crecimiento. En la cancha azkoitiarra reside un busto de Atano III, siempre apuesto y elegante, que observó las buenas prestaciones de la pelotari arratiarra, explosiva y centrada, bien aconsejada por el exprofesional Imanol Agirre, y la sobriedad de Espinar, que supo mantenerse a flote en mitad del naufragio de Olatz Arrizabalaga, que tuvo una mala tarde, muy alejada de su mejor versión. La de Gernika hizo demasiados regalos a la de Usansolo y lo acabó pagando. Todo lo miró el histórico as local desde su púlpito, mientras el público traspasaba la puerta morada del éxito, que adorna el camino del cambio.

En cualquier caso, a Patri Espinar, eterna en su labor de promoción de la pelota en el marco femenino, el destino le debía un reinado en singular en la mano, si bien goza de un palmarés para sacarse el sombrero, incluyendo medallas de oro mundialistas, como la que consiguió en el one wall de Colombia.

La justicia poética y el capricho del devenir le esperaba a la puerta de la esquina. Se coronó en Azkoitia después de derrocar a tres reinas. En su camino cayeron Maider Mendizabal, Leire Etxaniz y Maite Ruiz de Larramendi. Ayer, esperaba Arrizabalaga, una delantera con una defensa impresionante.

Espinar es diferente: explosiva, veloz, espectacular, inteligente... En el retrovisor, años de tajo en diversos entes siempre en busca de la balanza. En el retrovisor, no haber podido participar en la primera edición del mano a mano en el acotado. En el retrovisor, el hambre. En el salpicadero, un destino colorado.

Espinar encontró el título del Campeonato del Cuatro y Medio frente a una desconocida Arrizabagala. La gernikarra cometió muchos errores y el partido quedó deslavado. De la igualada en el cuarto cartón -una bonita dejada en la punta de Olatz-, Espinar se puso 4-16 en una sola andanada. En ese tramo, los fallos de la manista colorada gotearon en una perpetua gota china que le pasó factura tanto en el aspecto anímico como laboral.

Deshilachada la consistencia de Arrizabalaga, a Espinar le bastó con arrimar el hombro y esperar su oportunidad. Si bien se llevó el cetro con merecimiento, la falta de continuidad en el juego evitó examinar el bonito catálogo de remates de Espinar. La solidez le bastó para ganar la txapela. En definitiva, sin sutura posible en el luminoso por la distancia entre ambas, Arrizabagala desnortada, Patri Espinar obtuvo el reconocimiento al trabajo de muchos años en 331 pelotazos. Toca la gloria.

Aldai dio muy buena imagen Por otro lado, Amaia Aldai dio una gran imagen en la final de Promoción. La pelotari dimoztarra, potente y veloz, estuvo a gran nivel y derrotó con rotundidad a la azpeitiarra Oihana Orbegozo, que no rindió a la altura de las expectativas y no pudo cuestionar la superioridad de su rival. La manista vizcaina capitaneó el marcador desde los primeros compases, exhibiendo un control absoluto de la distancia y de la situación.

Asimismo, la vizcaina marcó bien los tiempos en el peloteo con el látigo de la diestra, dejando sin opciones a la azpeitiarra, que únicamente tomó oxígeno del 5-13 al 8-13. Después, un huracán. Aldai sumó catorce tantos consecutivos sin que Orbegozo pudiera oponer resistencia. El dos paredes fue su mayor ariete.