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“El primer día que monté en una trainera dije que no iba a montar más”

José Luis Korta (Orio, 1949) deja Kaiku y comienza una temporada fuera de la primera línea competitiva. La intención del entrenador guipuzcoano es vivir ligeramente alejado del remo, pero sin descartar echar una mano y remar de vez en cuando

“El primer día que monté en una trainera dije que no iba a montar más”Oskar M. Bernal

DONOSTIA ? José Luis Korta afrontauna nueva etapa de su vida. Hapasado mucho tiempo desde la últimavez que el ya exentrenador deKaiku inició una temporada sinestar al cargo de ningún equipo.Pero al de Ortzaika no le preocupa.A sus casi 70 años inicia una nuevaaventura. Dejará de dar ordenestodas las semanas desde la motoray emprenderá los deseos aparcadosdurante años debido a estedeporte que tanto le hace disfrutara pesar de que también tenga susmalos momentos. Sin embargo,por la sangre de Korta todavíacorre esa pasión por el salitre, pordar otra palada más y echar unamano siempre que sea necesario.

De Ortzaika, el remo tenía queser su destino.

?Era lo único que conocíamos enOrio. Cuando oíamos el ruido de latrainera desde dos kilómetros,salíamos a verla. En las fiestashacíamos regatas. Así empezamos.Estábamos encima del agua omirando para el río, a la carreteranunca.

¿Tuvo esa competitividad que lecaracteriza desde las primeraspaladas?

?Si he conseguido algo es porqueme he cuidado y he entrenado.Cuando empecé con el skiff, si losotros hacían un entrenamiento, yohacía dos. En los entrenamientossiempre competía contra algúnbote que estuviera por ahí y si no había, lo hacía con la gabarra dearena. Todos los días, en pleamarsalía y ahí iba yo. Siempre me ganaba,pero ahí estaba al día siguiente.Hasta los últimos metros leganaba, pero luego cogía la recta yme pasaba. Siempre dispuesto a laguerra.

Una vida ligada a la trainera.

?Así es y eso que el primer día quemonté en una trainera dije que noiba a montar más. Fue en 1969,estaba físicamente muy bien, perotenía un estrobo pequeño que nome dejaba repalear, se me cargó elbrazo muchísimo. Hice veinteminutos y en cada palada ibadiciéndome a mi mismo que no ibaa montar de nuevo. He cumplidode maravilla esa promesa. Tengocasi 70 años y todavía algún díamonto.

¿Cómo ha llevado la familia estacarrera deportiva?

?Mi familia ha andado todo el ratode un lado para otro. Cuando fichépor Kaiku en el año 1975, la familiavino conmigo. Solo el perro sequedó allí, pero luego tambiénempecé a traer a los perros. Ha sidoasí siempre. En verano la familiaiba a Orio y yo me quedaba aquí.Por eso, este año quiero hacervarios viajes con mi mujer y le prometíque iríamos a ver las regatasa Lucerna, el segundo domingo dejulio, y este año a ver si podemoshacer ese viaje.

En su carrera, tiene un sentidoespecial Kaiku.

?Sumando cada etapa, habréhecho unos 25 años. Ya era hora deque se olvidaran de mí (risas). Aunquepara mí todos son especiales.Cuando vas a trabajar a un club, lode sentir la camiseta es una mentira.Un deportista cuando juega nose acuerda de la camiseta, lo quequiere es ganar, luego ya si es decasa, mejor. Soy de Orio y ahí heremado a gusto, pero cuando heestado en otros sitios también. Enmi caso, he dejado trabajos increíblespor el remo. Primero cuandovine a Kaiku, luego estaba fijo en elAyuntamiento de Orio y me fui aCastro.

¿Qué recuerda de sus primerosaños en Kaiku?

?Kaiku era una trainera que estabaen todas las regatas; andaríaúltimo, pero siempre estaba. Meacuerdo cuando vine aquí, la genteestaba contenta porque habíamosganado a alguien. También meacuerdo de ver a la tripulación conlágrimas de alegría cuando hicimossegundos en la primera jornadade Zarautz, en el año 1976. Laúltima ciaboga la hicimos mal ynos ganó Astillero. Cuando nosdimos cuenta de que éramossegundos, que los buenos lo habíanhecho peor, la tripulación estallóde alegría. Aquello fue la hostia yalgo que se queda grabado.

¿Se puede quedar con algo enesta larga carrera?

?Los últimos años en Kaiku hansido bonitos. Había gente que nuncahabía remado la Bandera de LaConcha y ganarla con ellos fue elno va más, se me salían las lágrimas.He disfrutado más cuando heestado fuera de la trainera quecuando he estado dentro. En misprimeros años ganaba y me acostumbréa hacerlo solo. Luego, hesentido mucha más satisfacción alver a la gente llorando de alegríadentro de la trainera. También ha habido momentos malos, con respectoal dopaje, pero eso vamos aolvidarlo y quedarnos con lo bueno.

Este último año ha sido diferenteal que estaba acostumbrado; letocó pelear por la salvación. ¿Quétal llevó esta nueva etapa?

?Al principio, con mucho miedo.Los amigos me decían que en miúltimo año igual bajaba, pero enKaiku me dijeron que les ayudaray tenía que hacerlo. Cuando hayuna tripulación buena, cualquieraes buen entrenador.

Y lograron el objetivo.

?Las primeras regatas hicimosúltimos, pero sabíamos que a nadaque acertásemos, daríamos el saltito.Cuando dejamos de ser últimos,reaccionamos bastante bien.Nos animamos y fue una cosa bonita.Fue algo que hicimos entretodos. Remeros, directiva, afición?un club para que funcione tieneque ser una familia. Este año hahabido cambios y yo llevaba variosaños diciendo que lo dejaba, perosi me hubieran querido otro añomás, me habrían tenido aquí.

¿Le da pena tener que dejarlo deesta manera?

?Había gente de este año y de losque habían estado otros años quequerían estar aquí conmigo. Teníala tripulación hecha, pero la directivadecidió otra cosa y me da penapor los remeros. Era una tripulaciónbonita. El año pasado tuvimosque hacer una limpieza terribleporque no había para pagar. Lagente se repartió, fueron a otrosclubes y lo hicieron muy bien.Había gente que quería volver, perono ha podido ser.

¿Tiene algo pensado para ahora?

?Disfrutar. Vamos a por los 70años y el salitre del mar escuece unpoco más. Este año tengo previstocoger vacaciones y hacer todo loque tengo atrasado de estos años,que no he podido hacer entre unacosa y la otra. Lo que está claro esque cuando vaya a la cama, dormirétranquilo, sin pensar en la trainera.

Tranquilidad por fin.

?No lo sé. Mi último año sabáticofue cuando salí de Castro y acabéen tres clubes. Primero Chapela,luego Lekeitio y terminé en Kaiku.Este año ya me estoy liando paraestar algún día en la motora y ayudara Elantxobe.

No puede estarse quieto.

?Cuando vengan a la ría, iré ahacerles una visita y echarles unamano en lo que pueda, aunque sinningún compromiso. Trataré demotivarles, ya que me dicen quesiempre les quitan a los chavales.En Elantxobe es difícil y tener latrainera en el agua ya es un méritoincreíble. Están un poco apartadosy luego tienen muchos clubescerca como Ondarroa, Bermeo,Mundaka?

¿Su colaboración con Elantxobees su único proyecto?

?Me gustaría hacer yolas de maraunque no sé si la barriga me dejarádoblarme. Hay cantidad de regatasy con eso saldría de viaje. Tendríaque entrenar, pero sería bonitocoger el bote e ir con la mujerpor ahí de vacaciones.